(Redactado por David Gallardo) Yris Azócar, madre del periodista y preso político Víctor Ugas, pide que el caso de su hizo tenga más visibilidad, puesto que asegura que está presentando episodios de disociación, ataques de ansiedad, asma y lesiones en las manos por la dermatitis que padece, todas estas dolencias relacionadas por el secuestro impuesto por el régimen de Nicolás Maduro.
Ugas ha sido detenido árbitramente tres veces, siendo la última relacionada a un altercado que tuvo con el tiktoker de tendencia madurista, Emmanuel Marcano, un episodio donde su madre explica que el periodista solo estaba grabando una situación en la que el influencer estaba siendo escrachado.
Azócar resalta que el público empezó a notar que Ugas estaba grabando, fue en ese momento que el altercado entre el periodista y el tiktoker inició, problema que en el que se unió una mujer, ambos atacándolo.
Este incidente fue el que provocó que Ugas esté actualmente secuestrado, un caso que tiene incidencias sobre la situación en el que se obvian los ataques que sufrió el periodista.
«En ese video se muestra Víctor Andrés tratando de recuperar el teléfono. ¿Hubo intercambio de golpes? Me imagino que sí, hubo que haber intercambio de golpes porque ya no solamente fue él, fue una chica y otro más que empezaron a agredir a Víctor Andrés, pero no hay un informe forense», denunció Yris Azócar.
Víctor fue atacado, teniendo lesiones en la espalda y el brazo, pero esas incidencias no fueron reportadas en ningún informe forense.
El estado actual de Víctor Ugas
El estado mental y físico de Ugas no es el mejor en estos momentos, Azócar explica que cuando el periodista ha tenido episodios de asma ha sido atendido en el centro penitenciario, pero los ataques de ansiedad y las lesiones provocadas por el dermatitis han sido el calvario que acompaña a Ugas en su secuestro.
«Lo de la ansiedad sigue e incluso cuando yo fui la semana pasada él no quiso ni comer, o sea, estaba tan tan desanimado, aparte de que venía de unos días con 10 días, me dijo él, con vómito, fiebre, diarrea. Ese día estaba inapetente. Estaba muy desanimado, muy muy desanimado», señala Azócar.
Ugas está recibiendo tratamiento para la lesión que tiene en la mano por la dermatitis, pero las condiciones internas del centro penitenciario y las actividades diarias a la que está sometido mantienen la herida abierta.
Una de las situaciones que tienen a la madre de Víctor totalmente alarmada y preocupada son los episodios en los que el periodista «queda en blanco». Ella explica que Víctor también está preocupado por estos momentos de disociación que tiene.
«llegó un chico preguntando por él. Y me dice, «Mamá, yo él me ayudó más a mí que yo a él.» Porque llegó tan tan tan desesperado que yo no lo ayudé, él me ayudó a mí, porque yo lo que quería era morirme. Esas fueron sus palabras.», nos explicó su madre.
La mayoría de estas afecciones que tiene víctor en su secuestro no son contadas por él a su madre, muchas veces ella se entera por terceros, puesto que el periodista no quiere alarmarla. «Porque así nos ataquen como madres, como esposas, como hijas, pero es que ellos son seres humanos, ese es mi hijo. Yo tengo que llorar porque él no es un ser X para mí, es mi hijo. Tú te puedes enfermar en cualquier parte. Tú no tienes que estar preso, detenido, secuestrado, en la Torre Eiffel, en tu casa. En cualquier parte tú te puedes enfermar. Porque eres humano ¿Qué pido? ¿Qué tanto? ¿Qué tanto pido como madre? Trasládelo»
«¿Qué pido como ciudadana de este país que la Constitución tanto a él como a mí nos protege? Trasládelo. Busquen la ayuda. ¿Quién puede odiar? ¿Quién puede tener tanto a mi hijo de tenerlo así?», señala Azócar.
La vida de la familia de los presos políticos
Los presos políticos se encuentran secuestrados por el régimen de Nicolás Maduro, pero los familiares, amigos y personas allegadas a estas víctimas se encuentran de una forma u otra secuestradas también por esta situación, incluso tomando en cuenta que la vida continúa, este es punto de inflexión que no permite que las personas avancen del todo ante la injusticia que viven aquellas personas que amamos.
La señora Yris Azócar no es la excepción ante esta situación, entre los difíciles testimonios que nos entregó tuvo un momento para hacer una pequeña broma sobre su rutina, explica que su teléfono se ha vuelto otra de sus extremidades, porque señala que está todo el día pendiente de las noticias o de los mensajes que le puedan entregar relacionados a su hijo.
La desesperación, ansiedad y miedo no iniciaron con la detención de su hijo, sino mucho antes cuando Víctor le confesó que se sentía perseguido por agentes de seguridad, lo cual lo obligó a cambiar de rutas para llegar a su trabajo, pero eso no detuvo el acecho.
Azócar recuerda que una vez le dijo a su hijo que era mejor que se fuera del país cuando este le confesó que drones se acercaban a las ventanas de su domicilio o incluso cuando agentes de seguridad se acercaban al edificio para para preguntar por el periodista.
Una vez Ugas fue interceptado por unos agentes de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET), quienes lo retuvieron como dos horas mientras lo radiaban, Azócar recuerda que el periodista pensaba que iba ser detenido, pero finalmente la llamada que determinaba este hecho por parte los funcionarios no logró ser contestada, por lo que liberaron.
Estos recuerdos son los que angustian a la madre de Víctor, puesto que señalan la persecución que sufría constantemente su hijo, sin embargo en la actualidad, Azócar también confiesa que los familiares de los presos políticos que conoce han creado un grupo de soporte y ayuda, en el cual se apoyan emocionalmente y se dan soporte ante las necesidades que puedan tener los familiares secuestrados.
«Tenemos un grupo de apoyo eh de oración, de buenos deseos, de estar si alguien le hace falta algo. Hay muchachos ahí que nunca han sido visitado. De hecho, hay un chico aquí de Carúpano y tratando de buscar a su familia, son de pobreza extrema y Víctor me pidió que lo que lo ayudara. Igual que había un muchacho que su hijo también necesitaba ayuda porque tenía cáncer, lamentablemente el niño se fue al cielo el día miércoles. (…) «Eh, mire, no tengo para el pasaje, no tengo para comprar la paquetería a mi hijo. Dale un abrazo y un beso a mi hijo de mi parte». Wow, eso me lo vi la semana pasada con un chico que está ahí. Su mamá pidió eso y bueno, lo abracé, lo lo besé. Ese tipo de de ayuda, ¿no? A veces nos quebrantamos, a veces peleamos. Pero indudablemente que es un grupo muy muy solidario»










