En medio de una oposición fracturada y tras su reciente expulsión del partido Primero Justicia, el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles Radonski ha intensificado su campaña a favor del voto en las elecciones regionales y legislativas previstas para el próximo 25 de mayo, desafiando así la estrategia abstencionista liderada por María Corina Machado y su entorno político.

Capriles, actualmente postulado como candidato a diputado a la Asamblea Nacional, insiste en que la participación electoral es la única vía posible para confrontar al régimen de Nicolás Maduro y evitar un nuevo ciclo de exclusión política. En una entrevista concedida a El Tiempo, el exgobernador del estado Miranda reflexionó sobre el histórico fracaso de la abstención como estrategia opositora y defendió el valor simbólico y estratégico del voto.

“En estos largos años, con la abstención nos ha ido muy mal. En 2005 entregamos el Parlamento a Chávez, en 2018 dejamos el camino libre a Maduro”, advirtió Capriles, recalcando que la movilización del 28 de julio de 2024 —cuando, según la oposición, ganó Edmundo González— fue posible “porque participamos, porque votamos”.

“El gobierno nos robó la elección, pero no podemos quedarnos en casa”

En la entrevista, Capriles reconoce que el régimen de Maduro se robó las presidenciales, pero insiste en que fue precisamente esa presión ciudadana la que obligó al chavismo a ejecutar un fraude abierto y visible.

“Es mucho más difícil para el gobierno tener que robarse 24 estados, los consejos legislativos y la Asamblea Nacional que dejarles el camino libre. La abstención lo único que ha hecho es debilitarnos”.

A pesar de los sondeos que indican un desinterés generalizado —con una proyección de apenas 17% de participación efectiva según el último estudio de Datos es Noticia—, Capriles sostiene que hay una “gigantesca decepción”, pero también una reserva de voto latente: “Los dispuestos a votar están por el orden del 40%. Hay que reconectar con ellos”.

Una crítica velada a María Corina Machado

Aunque evitó confrontar abiertamente con Machado, Capriles hizo constantes alusiones a lo que calificó como “autoritarismo dentro de la oposición”. Cuestionó las posturas que catalogan como traidores a quienes optan por participar y alertó sobre los riesgos de caer en una narrativa de pensamiento único.

“El partido único, aquí se hace lo que yo diga… eso es lo que está en la acera de enfrente, que es el gobierno”, dijo, sin mencionar directamente a la líder de Vente Venezuela, pero dejando claro su posición ante las divisiones internas.

Capriles también recordó que, de no haberse llamado a la abstención, probablemente no se habrían adelantado las elecciones regionales. “Si María Corina hubiera llamado a la participación, te aseguro que ni hubiera elecciones el 25 de mayo”, subrayó.

Voto como instrumento de lucha, no de legitimación

El líder opositor insistió en que el sufragio no significa legitimar a la dictadura, sino emplear una herramienta de lucha política. Puso como ejemplo el plebiscito de 1988 en Chile, que marcó el principio del fin del régimen de Augusto Pinochet.

“No es verdad que en dictadura no se vota. La historia está llena de transiciones que empezaron con elecciones”.

Frente a la pregunta sobre cómo protegerán a los testigos electorales, muchos de los cuales fueron encarcelados o perseguidos tras las elecciones de julio de 2024, Capriles reconoció que ese es “un gran desafío”. Sin embargo, aseguró que familiares de presos políticos le han pedido seguir adelante: “El mensaje que me han enviado es: ‘Capriles, participa’”.

Sobre Petro, Trump y la negociación internacional

Capriles opinó también sobre la propuesta de negociación internacional y el rol de países como Colombia o Estados Unidos. Fue escéptico sobre la posición del presidente Gustavo Petro, de quien dijo: “Un día dice una cosa, otro día dice otra. No tengo claridad sobre cuál es su posición”.

Sobre la política de Donald Trump hacia Venezuela, advirtió que volver al esquema de aislamiento y sanciones del pasado solo fortalecerá al régimen: “Lo único que va a hacer es debilitar al venezolano, volverlo más dependiente de Maduro y no generará cambio político”.

Finalmente, llamó a la comunidad internacional a ir más allá del diagnóstico y actuar con firmeza:

“¿Qué hace la comunidad internacional? ¿Se queda en la retórica? ¿O ayuda a destrancar este juego? La manera no es aislar a Venezuela, es acompañar una salida política real”.

Con su campaña “Yo me niego a rendirme”, Capriles apuesta a reactivar la esperanza electoral en un país devastado por la desconfianza y la represión. Mientras una parte de la oposición llama a no votar, él insiste en que el camino electoral sigue siendo la única vía posible para desafiar el poder autoritario del chavismo.