El régimen de Venezuela creó una campaña con héroes de la patria generados por computadora para llamar a reservistas ante la “amenaza” de Estados Unidos, que recientemente lanzó un despliegue naval en aguas del Caribe, cerca a los límites venezolanos, para combatir las organizaciones terroristas, incluido el Cartel de los Soles.
La campaña, titulada «Yo me alisto»: leales siempre, traidores nunca, revivió mediante inteligencia artificial al héroe de la independencia Simón Bolívar y a otras figuras históricas fallecidas hace mucho tiempo, como Francisco de Miranda. Los avatares se dirigen a los venezolanos mediante las redes sociales o en la televisión estatal como parte de dicha campaña en la que el régimen trata de reclutar reservistas.
«Un pueblo que ama la libertad será libre. Hoy, la libertad se defiende con tu voz y tu presencia. Yo me alisto», afirmó la figura de Bolívar generado por IA, mientras unos soldados luchan tras él.
El cabecilla del régimen venezolano, Nicolás Maduro, ha instado a los civiles a unirse a la milicia venezolana, un respaldo civil al Ejército permanente, mientras advierte sobre una «amenaza» de Estados Unidos. El llamado de Maduro surge en momentos en los que Washington ha enviado buques de guerra y miles de marines a los límites del país caribeño para lo que se ha calificado como una operación contra el narcotráfico.
Caracas, que teme que el despliegue tenga otro objetivo, ha enviado buques de guerra y drones para patrullar sus costas. Además, Maduro dijo que activaría 4,5 millones de milicianos -una cifra cuestionada por los observadores- para enfrentar «cualquier amenaza». Cabe mencionar que Estados Unidos no reconoce la reelección de Maduro en 2024, que fue rechazada por la oposición y catalogada por gran parte del resto del mundo como una elección fraudulenta. Según Maduro, Washington busca un cambio de régimen.
Este esfuerzo propagandístico ocurre en un contexto de creciente presión internacional contra Maduro, tras la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista global por EE. UU., con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.