Andreína De Grazia, hija del dirigente opositor venezolano Américo De Grazia, denunció públicamente que su padre lleva más de ocho meses «aislado, silenciado y sin ninguna fe de vida». En un video difundido a través de la red social X, calificó la detención del exdiputado como «un secuestro» perpetrado por el régimen de Nicolás Maduro y exigió su “pronta y justa libertad”.
“Hoy exigimos su pronta y justa libertad, que nos permitan verlo y constatar su estado de salud y las condiciones en las que se encuentra en El Helicoide”, expresó con firmeza Andreina De Grazia, visiblemente afectada por la prolongada incomunicación de su padre, quien este martes cumplió 267 días detenido sin acceso a sus familiares ni a su defensa legal.
Una detención rodeada de irregularidades
Américo De Grazia, de 64 años y con una larga trayectoria como dirigente político y defensor de los derechos del pueblo guayanés, fue detenido el pasado 7 de agosto de 2024 cuando salía de realizarse unos exámenes médicos en una clínica de Caracas. Su arresto se produjo en un contexto de represión contra figuras de la oposición, en especial aquellos vinculados con el proceso electoral del 28 de julio, en el cual Edmundo González Urrutia fue electo como presidente de Venezuela.
Previo a su detención, De Grazia ya había recibido amenazas por su colaboración con los testigos de mesa y su respaldo a la candidatura de González Urrutia y María Corina Machado. Actualmente se le imputan delitos de instigación al odio y rebelión, y el propio ministro del Interior y alto jerarca del chavismo, Diosdado Cabello, lo ha vinculado con un presunto plan para atentar contra Yulisbeth García, alcaldesa oficialista del municipio Piar, en el estado Bolívar.
Medidas cautelares ignoradas por el régimen
Desde el 2016, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había otorgado medidas cautelares en favor de Américo De Grazia. Tras su detención, el organismo amplió dichas medidas el pasado 19 de agosto, solicitando al Estado venezolano garantizar su vida, integridad física y el derecho a comunicarse con sus representantes legales y familiares, así como que se garantizara su participación política sin amenazas ni represalias.
No obstante, esas exigencias han sido ignoradas por el régimen de Nicolás Maduro, que mantiene a De Grazia incomunicado en una de las sedes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), conocida como El Helicoide, donde múltiples presos políticos han denunciado tratos crueles, torturas y aislamiento extremo.
La detención arbitraria de Américo De Grazia se suma a una larga lista de casos denunciados por organizaciones defensoras de derechos humanos. Según el más reciente informe del Foro Penal Venezolano, 890 personas se encuentran detenidas por motivos políticos en Venezuela, incluyendo cinco adolescentes.
El pasado 11 de abril, la CIDH emitió un nuevo comunicado exigiendo la liberación inmediata de todos los presos políticos en el país, denunciando un patrón sistemático de represión y recordando que muchos de estos detenidos no han tenido acceso a juicio, ni contacto con sus familias o abogados.
«Queremos verlo, saber que está vivo»
La hija del dirigente cerró su mensaje con una petición contundente: “Queremos verlo, saber que está vivo. Han sido meses de angustia, sin noticias, sin respuestas, sin justicia. Mi papá no es un criminal, es un político que ha luchado siempre por la democracia en Venezuela”, expresó Andreína De Grazia, sumándose a las voces que claman por el fin de la persecución política en el país.
Mientras la dictadura de Nicolás Maduro insiste en avanzar con elecciones regionales viciadas y prepara una reforma constitucional sin consulta popular, la represión contra dirigentes opositores como Américo De Grazia continúa siendo una de las principales violaciones a los derechos humanos que enfrenta el país ante la comunidad internacional.