Este viernes se cumplen ocho años del asesinato de Juan Pablo Pernalete, el joven venezolano de 20 años que perdió la vida el 26 de abril de 2017 durante una protesta pacífica en Altamira, Caracas, tras ser impactado directamente en el pecho por una bomba lacrimógena disparada por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Su familia, que mantiene viva su memoria y su legado, reiteró su exigencia de justicia ante la persistente impunidad que rodea su caso.

«Son ocho años de la ausencia de nuestro amado hijo Juan Pablo Pernalete, quien soñaba con una Venezuela llena de oportunidades. Si estuviese vivo, estaría graduado, jugando baloncesto y rescatando animalitos abandonados», expresó Elvira Llovera de Pernalete, madre del joven, en un emotivo audio difundido en redes sociales.

La señora Llovera recordó que Juan Pablo, como tantos otros jóvenes en 2017, simbolizó el valor, la dignidad y el coraje de toda una generación que salió a las calles a exigir derechos y libertades fundamentales. “Esos jóvenes, que no conocieron otro sistema de gobierno, sintieron que debían defender a sus hermanos y a su país. Su sacrificio jamás debe ser olvidado”, dijo.

El sacrificio de una generación

Durante las protestas de 2017, cientos de jóvenes venezolanos fueron víctimas de represión, detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos. Juan Pablo fue uno de ellos. Su madre subrayó que en aquel año «quedó regada la sangre de nuestros hijos en el asfalto» y que la impunidad de sus asesinatos «grita justicia, derechos y libertades».

«Debemos seguir apostando por el país que estos valientes jóvenes no verán, pero que lucharon para que otras generaciones lo vivieran en honor a ellos», añadió.

La familia Pernalete reafirmó su compromiso de mantener vivo el legado de su hijo. «Siempre seremos los padres de Juan Pablo Pernalete, quien nos entregó un testigo y un propósito que seguiremos defendiendo. Nuestro amado hijo es nuestro gran orgullo y bendición.»

Ocho años de impunidad

El 24 de mayo de 2017, la entonces fiscal general Luisa Ortega Díaz confirmó que Juan Pablo murió a consecuencia del impacto de una bomba lacrimógena lanzada directamente al pecho por efectivos de la GNB, contradiciendo la versión oficial que atribuía su muerte a otros manifestantes.

Aunque las investigaciones identificaron al grupo militar involucrado, hasta la fecha no se ha señalado al autor material ni se han establecido responsabilidades penales. El caso permanece impune.

La historia de Juan Pablo no es un hecho aislado. Su asesinato forma parte de un patrón de represión sistemática contra manifestantes en Venezuela, documentado en investigaciones como «El Patrón del Olvido» de Runrun.es, que expone la falta de justicia en casos de protestas reprimidas brutalmente en 2014, 2015, 2017 y 2019.

Estas manifestaciones surgieron como respuesta a la ruptura del orden democrático, la hiperinflación, la violencia y la escasez de alimentos. Sin embargo, las víctimas de la represión estatal continúan esperando justicia en un país donde la impunidad prevalece.

A ocho años de su partida, Juan Pablo Pernalete se mantiene como un símbolo de resistencia y esperanza para miles de venezolanos que sueñan con un país libre y democrático.

«Su sacrificio no será olvidado», reitera su familia. «Seguimos adelante por amor a Juan Pablo, por amor a Venezuela.»