En vísperas del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó su informe anual en el que alerta sobre un deterioro sin precedentes en el ejercicio del periodismo a escala global, con énfasis en América Latina. Nicaragua, Cuba y Venezuela figuran entre los países con la peor calificación en materia de libertad de prensa y situación económica de los medios.
Según el documento, Nicaragua ocupa el lugar 172 del ranking mundial, siendo el peor evaluado en el continente, luego de que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo “erradicara la prensa independiente”. Cuba (165) y Venezuela (160), con gobiernos autoritarios y economías colapsadas, completan la lista negra de las Américas.
RSF advierte que estos países presentan condiciones extremadamente restrictivas para el periodismo libre, sumando represión política, censura sistemática, control estatal de los medios y asfixia financiera como herramientas para sofocar la libertad de expresión.
Una región en retroceso
En total, 22 de los 26 países del continente americano registraron un retroceso en la libertad de prensa, motivado tanto por el avance del autoritarismo como por la crisis económica que debilita la sostenibilidad de los medios.
El informe ubica a Honduras (142), México (124), Colombia (119) y Argentina (87) en posiciones preocupantes, con mención especial a este último por un marcado descenso en los últimos dos años.
En contraste, Costa Rica (36) y Brasil (63) aparecen como los países con las mejores condiciones para ejercer el periodismo en la región, aunque el informe advierte que incluso en estas naciones existen amenazas latentes.
Venezuela: censura estructural y persecución
En el caso de Venezuela, RSF denuncia que la situación continúa siendo crítica, con un ecosistema mediático fuertemente controlado por el régimen de Nicolás Maduro. Las restricciones al trabajo de la prensa independiente, el cierre masivo de emisoras, la censura en internet, y la persecución a periodistas son parte del panorama. Además, el deterioro económico ha llevado al cierre o reconversión forzada de decenas de medios, limitando el acceso de la ciudadanía a información plural y veraz.
De forma sorpresiva, el informe también hace énfasis en la situación de Estados Unidos, país que ocupa el puesto 57 del ranking y que es señalado como “líder de la depresión económica” en la industria de medios. RSF atribuye este fenómeno a medidas de la administración Trump, que habrían debilitado financieramente a medios dependientes de donaciones, afectando el derecho a la información de millones de personas en el mundo.
Concentración de medios y amenaza de las grandes plataformas
A nivel global, RSF advierte que en 46 países la propiedad de los medios está concentrada en pocas manos, ya sean estatales o de conglomerados privados. Esta situación compromete la pluralidad informativa.
Además, el informe señala a las plataformas tecnológicas no reguladas, como responsables de una parte del colapso de los ingresos publicitarios de los medios, los cuales perdieron competitividad frente a gigantes como Google o Meta, que obtuvieron ingresos por más de 247 mil millones de dólares en 2024, un 14 % más que el año anterior.
Un llamado urgente
“Sin independencia económica no hay prensa libre”, subrayó la directora editorial de RSF, Anne Bocandé, al advertir que la fragilidad económica lleva a los medios a depender de intereses políticos u oligárquicos, sacrificando la calidad y la independencia editorial.
El informe concluye con una alerta global: la mitad de los países del mundo presentan condiciones malas o muy malas para el periodismo, y solo uno de cada cuatro cuenta con entornos favorables. La libertad de prensa, enfatiza RSF, está siendo socavada por la combinación de autoritarismo político, crisis económica y el poder desmedido de las plataformas digitales.
Este panorama, particularmente oscuro en América Latina, obliga a redoblar los esfuerzos por defender el derecho a informar y a ser informado, piedra angular de toda democracia.











