El chavismo, una revolución que ha dejado sangre y ecocidio en Venezuela, dejó el colapso de una mina de oro explotada de forma ilegal en una zona del sur del país.
La tragedia humana y ambiental ocurrió específicamente en la cuenca del río La Paragua, a poca distancia del Parque Nacional Caura, dentro de la Zona Protectora Sur del Estado Bolívar y de la Reserva Forestal de La Paragua.
La organización SOSOrinoco ha identificado la ubicación de la mina “Bulla Loca” donde ocurrió el derrumbe que hasta el momento ha cobrado más de una docena de vidas. Mapas e imágenes satelitales demuestran la expansión acelerada de esta mina (80 hectáreas en 10 meses) y de otras en la zona, donde podrían ocurrir accidentes parecidos.
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Hasta la fecha, de la población del sector La Paragua del municipio Angostura del estado Bolívar, se ha desalojado voluntariamente la cantidad de 864 personas por ejercer minería ilegal.
Este tipo de minas son abiertas usando equipos que erosionan el suelo, lo que aumenta el riesgo de que grandes paredes de tierra y roca se derrumben sin previo aviso, como ocurrió en esta ocasión.
El único sustento que tiene el pueblo de La Paragua es la minería ilegal, antes sobrevivían solían trabajar en la agricultura, pero la crisis país los hizo trabajar como mineros y bajo las reglas y normas de grupos armados.
Una investigación conjunta de EL PAÍS y Armando.info demostró gracias a una radiografía satelital que en los Estados Amazonas y Bolívar del sur de Venezuela (donde ha ocurrido
el accidente) existían al menos 3.700 puntos de actividad minera y una red de pistas utilizadas para traficar oro y drogas.
Bandas y extorsión
En estas minas mandan la banda de El Ciego, liderada por Reiniero Alberto Murgueytio Bastardo, y Nelson, apodado “El Caracas”. El grupo opera en el sector de La Paragua, municipio Angostura, y en zonas de Ciudad Bolívar, según informó la periodista Pableysa Ostos en el medio digital La Patilla. Además, resaltaron que en la zona lideran también la llamada seguridad indígena, por el capitán indígena Andrés Solis.
Según lo relatado por familiares de mineros al medio, la gente esperó un mes por un permiso que se otorga para entrar a trabajar como palero (minero artesanal) a la mina Bulla Loca. Presuntamente por esta transacción cobraron un gramo de oro, es decir, 1.900 bolívares (unos 51 dólares).
La mina Bulla Loca tiene un año en funcionamiento, según la periodista que cubre la zona del sur de Venezuela.
Un trabajador de la mina conversó con el equipo reporteril y explicó el sistema que se aplica en el sector minero donde ocurrió el derrumbe de tierra que dejó según fuentes oficiales 16 fallecidos tras quedar tapiados, pero que extraoficialmente según testimonios de sobrevivientes y familiares de mineros, la cifra de muertos supera las 30 personas.
Los pagos por trabajar en las minas
Un trabajador para referirse a los pagos semanales y mensuales que deben cumplir explicó que en el lugar trabajan unos 90 comerciantes, según lo expresado por testigos, los cuales deben cancelar semanalmente un gramo de oro o grama, que es el término que usan en las minas, lo que equivale a 4 gramos de oro al mes, es decir, 7.600 bolívares (unos 210 dólares mensuales).
Por ejemplo, un comerciante paga mensual 210 dólares, más 26,34 dólares al mes por un solo alimento que requiera refrigeración, más dos empleados (por cada uno se paga 52,68 dólares). En total, un comercio podría estar pagando, al menos, 341,7 dólares mensuales
para poder operar en la mina. Y si se trata de comerciantes ambulantes, deben pagan 5 puntos semanales (950 bolívares- 26,34 dólares).
Revelan las fuentes que los integrantes de la banda El Ciego en Bulla Loca también cobran su cuota semanal, pero “son más comprensibles. Si tú les explicas que tuviste una mala semana y que no tienes para pagar la vacuna te entienden, pero los indígenas no. Con ellos pagas o pagas”.
El oro que se extrae de Bulla Loca es “verde”, es decir, de menor calidad. En La Paragua lo cotizan en 38 dólares el gramo, mientras que el oro amarillo vale más: 50 dólares.
A pesar de sus brutales condiciones y de la presencia de bandas criminales, los venezolanos de a pie siguen llegando a los centros mineros con la esperanza de hacerse ricos rápidamente y huir de la pobreza.
La actividad minera sigue creciendo desenfrenadamente en todas las Áreas Protegidas al sur del Orinoco. Es evidente que no hay ningún interés por parte de la autoridad ambiental oficial, que ha demostrado ser absolutamente incapaz de responder efectivamente a esta problemática.
A Maduro no le interesan los accidentes que puedan ocurrir en las minas, le interesa que este tipo de comercio continúe y su régimen se lucre.