En la ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia en el occidente venezolano, grupos delictivos lanzan granadas para sembrar el miedo entre los empresarios y ciudadanos.

Antecedentes

El tema de la extorsión en el occidente de Venezuela es de vieja data, y en verdad causa distorsiones en la economía ya que nadie en su sano juicio invierte en un país sin seguridad de ningún tipo.

Las modalidades criminales en Venezuela cambiaron con los años, los robos a bancos o carros blindados con efectivo simplemente dejaron de ser atractivos debido a que el bolívar como moneda no es una opción para el hampa como lo es el dólar u otra moneda extranjera. Hasta los secuestros cambiaron, en los raptos la logística es mayor y se involucran más personas en la acción. Todo esto le dio paso a la extorsión, pedir dinero a cambio de seguridad o cualquier otra cosa es lo que más hoy se hace, las bandas hacen hasta lo impensable, con tal de lograr que sus víctimas accedan a ser extorsionadas, usan todo lo que tienen, hasta el terror.

José Sánchez Montiel, es conocido en gran parte del país como el Comisario Mazuco, un funcionario policial de carrera con más de tres décadas de experiencia en terrorismo, inteligencia, contrainteligencia y secuestro, fue miembro de la DISIP, lo que hoy se le conoce como el SEBIN. Fue secretario de seguridad ciudadana por 7 años y manejó las policías en otros años, habían uniformados disponibles que hoy día al menos.

La crisis actual redujo el número de policías, de 7 mil 200 que llegó a dirigir, hoy día no superan los 3 mil 500 de ellos.

Las Bandas

Pero volvamos a las bandas extorsionadoras, ellas usan el terror como arma, aparte del armamento que emplean para sembrar ese miedo. Hacen toda una división del trabajo, mientras unos estudian a la víctima, otros son quienes llaman y extorsionan, o APRIETAN, como suelen decir cuando amenazan. Por víctima pueden cobrar de 20 a 50 mil dólares si es un comercio pequeño o mediano y mucho más si se trata de una industria.

Usan armamento de guerra, la legislación venezolana establece que las armas como fusiles y granadas, por citar solo dos, son de uso exclusivo de la fuerza armada del país, ningún civil tiene permitido tener este tipo de ametralladoras ni explosivos, solo los militares pueden, pero eso no parece importar a las bandas, quienes en ocasiones suelen estar mejor equipados que los policías, quienes a veces no tienen ni patrullas para trasladarse. Mucho de ese armamento entra a Venezuela desde Colombia, aunque en el país ya no es tan difícil conseguirlo.

Yo creí que se había ido la luz

Recientemente hubo un ataque con granada a una farmacia, a la que por cierto, por segunda vez este año le hacen un atentado, esto generó terror en el oeste de Maracaibo en el estado Zulia en el occidente de Venezuela, lo paradójico de todo esto es que, las personas al principio creyeron se trataba de una falla eléctrica, un testigo aseguró que pensó se trataba de la explosión de un transformador eléctrico. 

En Maracaibo y en todo el estado Zulia parece ser una especie de secreto a voces, algo de lo que solo se habla en círculos cerrados, ese tema que toca en privado, las bandas y como operan, en municipios foráneos extorsionan a todo el comercio, servicios, industria, nadie está exonerado, todos deben ALINEARSE como dicen, quien no lo hace, rara vez vive para contarlo. 

Estamos mal pero vamos bien

Autoridades admiten que hay una disminución, se podrán imaginar cómo estaba la situación entonces, la extorsión y el cobro de vacuna estaban institucionalizados hace solo 3 años atrás, los delincuentes muchas veces portaban uniformes de policías y hasta militares. 

Así como admitieron una cosa, también admitieron otra, que los delincuentes tienen una red de recursos y logística a veces mucho más grande que las de los gobiernos locales y hasta el nacional

De nuevo con el Comisario Mazuco, nos dice que es difícil pero no imposible enfrentar al hampa organizada, solo se necesita mayor presencia policial, cosa que hoy no existe. En ocasiones se puede rodar durante kilómetros por la ciudad y no ver ni un policía.

Habría que mejorar socialmente al policía, equiparlo, motivarlo para que así más funcionarios se sumen a la fuerza y no se vayan por el Darién como otros lo hacen, aumentar las labores de inteligencia y contrainteligencia para identificar e infiltrar a las bandas criminales, eso se hace con logística y preparación, de no hacerse al menos dos, de las recomendaciones del comisario, será realmente difícil alcanzar logro alguno.

No hay estadísticas de locales comerciales cerrados, porque no solo hablamos de inseguridad personal, también jurídica debido a que la extorsión no solo viene en ocasiones de las bandas criminales, también de funcionarios públicos.