Venezuela es la nueva fábrica de armamento ruso e iraní y eso ya no es un secreto, pero sí es un problema. La compañía estatal rusa de tecnología Rostec, confirmó que el país euroasiático actualmente en guerra, construyó en Venezuela una fábrica de municiones para fusiles de asalto Kaláshnikov, en la que esperan producir hasta 70 millones de cartuchos anuales.

Según reseña El Nacional, la construcción de la fábrica estuvo a cargo de la agencia estatal rusa Rosoboronexport, responsable de las exportaciones del complejo militar industrial, que ya ha puesto en marcha al menos cuatro líneas de ensamblaje en Venezuela, dos de ellas destinadas a municiones con núcleo de acero, y las restantes, encargadas de producir “balas trazadoras y de fogueo”.

El complejo industrial también incluye otras estructuras auxiliares como campos de tiro y almacenes, y, según información oficial, se planea poner en marcha otras instalaciones de producción para garantizar también la distribución de municiones y fusiles de asalto Kaláshnikov para el ejército venezolano, cuerpos policiales y fuerzas de orden público, acusadas de ser el brazo represor del régimen de Nicolás Maduro.

Misiles, antimisiles, drones ¿y algo más?

La información difundida por fuentes oficiales rusas, coincide con lo expresado por el propio Nicolás Maduro el pasado 5 de julio, cuando se conmemoró un año más del de la independencia de Venezuela, cuando ordenó avanzar en el desarrollo de sistemas de misiles y antimisiles para “la defensa del país”.

En este sentido, Maduro pidió durante el desfile militar seguir recuperando el sistema de armas parra “fortalecer” la defensa aérea y antiaérea con tecnología propia, pero, también con la ayuda de aliados de Venezuela en el mundo:

“Tenemos que seguir fortaleciendo, con tecnología propia, los sistemas de drones y antidrones. Hemos avanzado, debe saber nuestro pueblo que hemos avanzado bastante gracias a nuestros científicos e ingenieros.»


De esta manera, se da por hecho que Venezuela es la nueva fábrica de armamento ruso, pero también de drones y armamento militar iraní de desconocido alcance, que pudiera generar serias consecuencias para Venezuela, gracias a que Irán, es considerada una amenaza global, y el principal país patrocinador de terrorismo en el mundo.

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Recientemente el Ministro de Justicia del régimen, Diosdado Cabello, señaló en su programa televisivo de los miércoles, que Venezuela no sólo estaría fabricando drones con tecnología iraní, sino que, sin brindar mayores detalles, están en la capacidad de fabricar algo más. Una aseveración que pudiera suponer un gran riesgo para el país en medio de varios conflictos bélicos mundiales.

Todo inició con Chávez

Los estrechos lazos entre Venezuela e Irán iniciaron cuando el fallecido Presidente Hugo Chávez suscribió acuerdos para un proyecto con aeronaves no tripuladas, en los que Irán ayudaría a diseñarlas y construirlas.

Para entonces, según la fuente oficial, los drones se usarían exclusivamente en defensa y monitoreo de oleoductos, represas e infraestructuras rurales.

Pero todo dio un giro inesperado con Nicolás Maduro en el poder, ya que ésta alianza empezó a influir en otros ámbitos, por ejemplo, en lo religioso, un hecho que ha sido fuertemente cuestionado internamente por contrariar la tradición cristiana y los valores de occidente que caracterizan a Venezuela.

Lazos que también vieron expandir los tentáculos iraníes en materia energética con la refinación de gasolina en Venezuela, experimento que no tuvo mayor éxito en la industria según especialistas.

Otro elemento importante a destacar, ha sido la explosión del reciente conflicto armado en el medio oriente entre Israel, Irán y EE.UU, por el que el régimen venezolano tuvo altas expectativas de mayores ingresos a la nación ante un hipotético aumento del precio del crudo a escala mundial y un aumento de la demanda de petróleo venezolano, sin embargo, este escenario no ha resultado del todo certero para el madurismo.