El ordenamiento jurídico venezolano prohíbe el encarcelamiento de las personas mayores de setenta años, que, en caso de ser sometidos a una investigación o medida cautelar indispensable, deben ser beneficiadas con la detención domiciliaria. Sin embargo, el régimen de Maduro mantiene al menos a 16 personas de la tercera edad tras las rejas.
A pesar de que recientemente fueron excarcelados Rodrigo Cabezas, Williams Dávila y Américo de Grazia, tres de los casi mil presos políticos que integraban ésta lista de personas de la tercera edad tras las rejas, aún se mantienen encarcelados importantes dirigentes como Juan Pablo Guanipa y Enrique Márquez, ambos, también con más de 60 años de edad.
En el caso de Williams Dávila (74 años) no debió estar detenido en una cárcel según el artículo 231 del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), y, por el contrario, en el dado caso de haber sido hallado culpable de algún delito, debió haber sido condenado a cumplir condena con el condicionante de casa por cárcel.
La abogada Martha Tineo, coordinadora general de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón, señala que específicamente en cuanto a los adultos mayores hay prohibición de privativa de libertad cuando se trata de quienes alcanzan más de 70 años, norma ampliamente violada por el sistema de justicia.
Medio centenar de presos tienen enfermedades “muy graves”
Ésta grave violación de DD.HH. cometida por parte de jueces al servicio del régimen vulnera aún más el delicado estado de salud de muchos presos políticos, una denuncia que ha sido elevada a instancias internacionales con el fin de seguir documentando los crímenes y daños cometidos de manera sistemática en Venezuela desde 2014.
Las precarias condiciones carcelarias y la falta de atención médica, son las principales preocupaciones de las organizaciones no gubernamentales y familiares de los detenidos, elemento por el que han muerto al menos 5 personas bajo custodia del régimen desde el 28 de julio de 2024, y más de 20 durante los últimos 10 años.
Recientemente la citada oenegé facilitó al medio Efecto Cocuyo un registro de las principales enfermedades que padecen al menos 60 presos (50 hombres y 10 mujeres) tipificándolas entre “enfermedades graves y muy graves”, sin que éstas necesariamente correspondan a las personas de tercera edad tercera edad tras las rejas.
Según detalla el informe, al menos cinco presos políticos tienen diagnósticos de cáncer y requieren atención de urgencia, mientras que otros 15 tienen afectaciones con enfermedades cardiovasculares y neurológicas.
Así mismo, otras 21 personas sufren complicaciones múltiples por enfermedades renales. Un reporte que finaliza con otros 19 caso de presos políticos con diversas patologías derivadas de lesiones no atendidas por autoridades que les ha ocasionado un notable deterioro físico.
Américo De Grazia, nuevo excarcelado de la tercera edad
La ONG Foro Penal actualizó recientemente la cifra de presos políticos a 816, tras confirmarse la excarcelación de 13 detenidos en El Helicoide. Entre los excarcelados se encuentran el exdiputado Américo de Grazia, el dirigente opositor Pedro Guanipa y el alcalde de Maracaibo Rafael Ramírez, quienes integraban la lista de personas de la tercera edad tras las rejas.

Américo De Grazia, de 65 años de edad, fue detenido el 7 de agosto de 2024 tras las manifestaciones postelectorales. De Grazia padece una infección pulmonar grave causada por un hongo y sus familiares advirtieron en reiteradas oportunidades que su vida estaba en riesgo y por la falta de asistencia médica.
Sin embargo, la denominada “puerta giratoria” del régimen ya se había puesto en marcha nuevamente previo a las nuevas excarcelaciones acordadas con un cuestionado sector opositor liderado por Henrique Capriles y Tomás Guanipa.
El pasado mes de julio había sido detenida en el estado Lara otra persona de la tercera edad, Nancy Camacaro de 61 años, quien presuntamente fue trasladada hasta Caracas por parte de funcionarios de la DGCIM.
Nancy como muchos otros presos políticos durante el último año, formaba parte del equipo electoral de la campaña presidencial de Edmundo González Urrutia.
Su familia afirma que la también activista de los DD.HH. padece hipertensión y requiere tratamiento médico continuo. Además, sufre dolores en la columna y brazos y presenta mareos repentinos, “condiciones que podrían agravarse sin atención médica adecuada».