Wilmer Vega salió del estado Táchira rumbo a Estados Unidos para buscar una mejor calidad de vida, no solo para él, su esposa y su hijo, sino para su mamá, quien padece cáncer terminal, y para su padre, enfermo con las secuelas de un Accidente Cerebro Vascular (ACV). Los bajos recursos de la familia lo llevaron a migrar y tratar de ayudar a sus seres queridos.
#EspecialDossier | Wilmer Vega: el tatuaje que lo condenó, no su historial.https://t.co/72MquyupO4
— Dossier Venezuela (@DossierVzla) April 16, 2025
Venezolano. Cecotjador. Hijo devoto. Mesonero, delivery y hasta en discotecas trabajaba Wilmer Vega en EE. UU. para enviar dinero a su madre con cáncer terminal y a su padre con… pic.twitter.com/oFITGN5G1Y
Vega, de 40 años, trabajaba como delivery, mesonero y en una discoteca. Su día a día estaba enfocado en sus trabajos e incluso las horas de descanso no superaban las tres al día. Cuando llegó a Estados Unidos se presentó en migración y le fue puesto un grillete. Mes a mes se presentó a sus citaciones sin falta alguna, hasta que fue detenido de manera inesperada.
Tras su detención fue deportado a México junto con otros venezolanos. Allí le fue notificado que sería devuelto a Venezuela e incluso vio la lista de personas que viajarían en un avión de la empresa estatal Conviasa. Tuvo la oportunidad de llamar a su esposa y decirle que estaba próximo a volver a su país pero no fue así. La familia perdió comunicación.
Desde la última llamada que recibieron pasaron cinco días hasta que nuevamente supieron de él y las noticias no fueron nada alentadoras pues apareció en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador, junto con otros venezolanos que fueron deportados sin motivo alguno a la cárcel de máxima seguridad.
Incomunicado y deportado sin motivo
“Lo vinculan con el Tren de Aragua”, dijo su tía, quien lo representa legalmente debido a que los padres de Vega están enfermos y no salen de su vivienda en Umuquena, municipio San Judas Tadeo, en la zona alta del Táchira. La familiar del venezolano asegura que por sus tatuajes fue vinculado con el grupo delictivo.
Vega no tiene antecedentes penales en Venezuela y menos en Estados Unidos. Su detención fue una amarga sorpresa para la familia, además de un dolor que consideran insoportable porque se enteraron por las redes sociales de la situación.
“Cuando vimos videos de El Salvador, que ese vuelo había ido a El Salvador, pero no teníamos certeza de que él estaba ahí. Hasta que por Instagram consigo la lista y ahí aparece él”, contó con lágrimas la tía de Vega.
Desde la deportación no ha tenido ninguna información al respecto, por su situación económica no tiene cómo viajar a El Salvador ni cómo buscar detalles de su sobrino. La comunidad en que residía recogió firmas, como un intento desesperado, para asegurar que Wilmer Vega es un hombre querido por sus vecinos y de buena conducta.