(Redacción de David Gallardo) Playas, negocios, comunismo y complicidad política, esos son los contextos y conexiones entre Rusia y Venezuela. Vladimir Putin y Nicolás Maduro no solo son aliados, sino cómplices que usan el territorio venezolano para establecer bases y células que apoyen el régimen, además de influenciar América Latina para ganarle terreno a Estados Unidos.

¿Acaso Rusia está invadiendo poco a poco a Venezuela para influir en América del Sur? ¿Rusia solo está apoyando a Nicolás Maduro porque es el único quien le puede pagar la inversión que ha tenido los 250 acuerdos que tiene con Venezuela?

Rusos: ¿Turismo, espionaje o ambos?

La Isla de Margarita era el destino vacacional de América del Sur durante las décadas los ochenta y noventa, pero luego del chavismo se vio un completo deterioro en la infraestructura turística, económica y social, sobre todo durante estos años donde la tiranía de Nicolás Maduro ha pisoteado la estabilidad de todo el país a través de la corrupción y la explotación de bienes nacionales que empobrece toda la población.

Este escenario ha logrado que los turistas europeos y estadounidenses no visiten la isla, pero cuando se trata de hablar de la población rusa, en los últimos años se ha podido observar un constante flujo que ha moldeado a Margarita como el refugio perfecto para vacacionar por las limitaciones que tiene Rusia por la guerra actual con Ucrania.


Desde la invasión de Rusia en Ucrania, el país soviético ha estado expuesto a sanciones que limitan enormemente sus vías aéreas y ahí es cuando Venezuela sale al rescate de sus «camaradas». Ambos países lograron mantener una conexión para convertir la Isla de Margarita como un centro «turístico» para los ciudadanos rusos. Entre la aerolínea rusa Nordwind y la estatal venezolana Conviasa, han obtenido los permisos para crear una conectividad para burlas las sanciones.

La ruta fue elaborada “cuidadosamente” por el turoperador y la Agencia Federal de Transporte Aéreo rusa. La empresa tuvo que tramitar y coordinar también una serie de permisos que se prolongaron “durante todo el verano”, reseñó en septiembre la Asociación de Turoperadores de Rusia (ATOR).

Era prácticamente irónico como los primeros pasajeros rusos llegaron a la Isla de Margarita con trajes de invierno, la perfecta definición de lo que sucede en el mundo: Rusos cruzando el mundo para disfrutar de una isla que no tiene nada que envidiarle a una europea, pero que no pueden disfrutar por un presidente obsesionado con una invasión.

Ya para este año, se estarían esperando al menos 100 mil turistas rusos en Venezuela con una frecuencia de cinco vuelos semanales.

Mientras el ciudadano ruso común disfruta de la Perla Del Caribe, hay otros que aprovechan la posición de Venezuela en el mundo para el espionaje y sabotaje radioeléctrico.

Un general de la Aviación Militar de Venezuela conversó con el portal de información Infobae sobre el porqué la presencia de los rusos cubanos en la frontera colombo-venezolana. Durante la dicha entrevista, el general solicitó el anonimato para asegurar su vida, porque en dicha conversación claramente se habla de espionaje y la influencia rusa en la milicia venezolana.

Basado en esa conversación, los rusos claramente tienen una gran cantidad de radares en la frontera, los cuales tienen funciones de sabotaje y que recopilan información para las células cubanas y el régimen de Nicolás Maduro.

«Los radares pueden perturbar la frecuencia, hacer guerra electrónica, de manera que el radar puede interferir una frecuencia de radio eléctrica y puede sabotearla», declaró el general anónimo.

Aunque en cierto modo los radares no están «literalmente» en la frontera, están ubicados en algunos estados fronterizos: «los radares están en las brigadas Falcón, Zulia, Andes, Llanos; en Los Andes está en la base aérea de Santo Domingo en Táchira», informó el general.

Pero ¿Qué tiene que ver las células cubanas con estos radares? Pues el general explica que su actividad principal sobre los radares es reparar, entrenar, educar y formar cuadrillas de reparación, sobre todo cubrir los trabajos sencillos, puesto que aun quedan algunos especialistas para labores más especializados.

De igual forma, Venezuela aun no tiene aviones rusos dentro del país, pero eso no quiere decir que los soviéticos no se paseen por los cielos del país sudamericano. «Lo que tiene Venezuela son aviones de fabricación rusa, como los Sukhoi 30, pero Rusia no ha desplegado sus aviones hasta Venezuela, porque sería muy evidente si lo hicieran (…) Además, si los Estados Unidos vieran la posibilidad real de que los rusos se trae aviones a Venezuela, con pilotos rusos, pues traería consecuencias grandes, porque sería una provocación», aclaró el general.

No obstante, el general también comenta que Estados Unidos y Colombia poseen esta información. «Estados Unidos hace un barrido permanentemente con los aviones Boeing RC-135, un sofisticado avión espía de inteligencia y que vuela desde Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y la Guajira y va por Apure y así tienen el mapeo radioelectrónico de Venezuela».

Negocios entre Nicolás Maduro y Vladimir Putin

Venezuela, como país petrolero y con una excelente ubicación geográfica, es muy normal que un país como Rusia, China o Estados Unidos estén interesados en tener relaciones económicas, políticas, diplomáticas o incluso militares, pero todo esto es hipotético, porque claramente sabemos que el chavismo le interesa el dinero de Estados Unidos, pero el apoyo ideológico y militar de Rusia y China.

El primer problema que tiene Rusia con Venezuela es que en teoría todos los tratados, préstamos y/o acuerdos entre ambos países han sido inconstitucionales (sobre todo los que se hicieron desde el 2015 hasta el 2020) porque no fueron estudiados, discutidos y/o aprobados por la Asamblea Nacional del 2015. Por lo cual si en algún momento, Venezuela se libra del régimen de Nicolás Maduro, el país no tendría obligación de pagar lo que se debe.

Es de conocimiento público que el Tribunal Supremo de Justicia censuró la Asamblea Nacional 2015, pero eso otra acción inconstitucional, sin embargo expertos han dicho que sin importar la legalidad de estas relaciones financieras entre ambos países, si el régimen es derrocado, Venezuela aun tendría que pagar para evitar conflictos, aunque Rusia estaría obligada a sentarse en una mesa de negociación sobre el mismo apoyó que dio.

El régimen de Nicolás Maduro (No Venezuela) le debe a Rusia al menos 5 mil millones de dólares, esto sin sumar las inversiones que ha hecho la empresa estatal Rosneft estimadas en 9 mil millones de dólares. Rusia le interesa que Venezuela pague, aun si se trata de otro mandatario en el futuro, pero lo que le inquieta al Kremlin es que Rusia pierda su participación en Citgo.

Rusia es virtualmente propietaria del 49% de Citgo, si Pdvsa no logra devolverle a Moscú el dinero prestado, lo que explicaría por qué ese país se interesa tanto en la batalla por el control de la refinería estadounidense.

“El panorama del petróleo con respecto a Venezuela se ve muy ligado a la ineficiencia de la estatal Pdvsa, que está llevando a que caiga la producción de este país con la mayor reserva de petróleo en el mundo”, dijo Alfonso Navarro, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet). De hecho, según Bloomberg, los ingresos de la petrolera venezolana pasaron de US$123.942 millones en 2011 a US$41.977 millones en 2016, año hasta el cual se hicieron públicos los reportes de la firma.

Ahora, en cuanto a acuerdos entre ambos países, según la información entregada por la organización Vendata, Venezuela y Rusia han firmado más 250 acuerdos entre mayo del 2001 hasta febrero del 2022, de los cuales en su mayoría son petroleros.

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Influencia ideológica y geopolítica

El régimen de Nicolás Maduro y el gobierno de Rusia mantienen las mismas corrientes ideológicas cuando se trata de la implementación de socialismo/comunismo. Esto es algo que incluso abraza a Cuba, porque mientras la U.R.S.S. mantenía a la isla caribeña, ahora Venezuela está cosechando toda la influencia política que tuvo Fidel Castro en el presidente fallecido, Hugo Chávez y el tirano Nicolás Maduro.

En la rendición de menoría y cuenta que hace ante la ilegítima Asamblea Nacional, Nicolás Maduro admitió que encontraba en el afán de construir un bloque político que reúna América Latina y el Caribe, bajos los métodos y parámetros que presentan los ideales de sus «hermanos mayores», refiriéndose a Xi Jinping y Vladimir Putin, lideres de los regímenes de China y Rusia respectivamente.

A su vez, Nicolás Maduro aseguró que este plan buscaría «consolidar una nueva geopolítica regional», además confesó que conversó este tema con los presidentes Lula da Silva (Brasil), Alberto Fernández (Argentina) y Gustavo Petro (Colombia).

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“Lo hablaba con Lula por teléfono el otro día, personalmente con el presidente Gustavo Petro, lo hablaba con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Está llegando una hora nueva, una hora especial para juntar los esfuerzos y los caminos de América Latina y el Caribe para avanzar en la conformación de un poderoso bloque de fuerzas política, de poder económico que le hable al mundo”, dijo el dictador venezolano.

Esta influencia sobre la región representa una gran amenaza para Estados Unidos, enemigo jurado de Rusia desde la guerra fría. Es realmente una lástima saber que quizás Venezuela se encuentre apoyando a «los malos» en este período histórico tan complicado.

Y si usted tenía dudas, Шпионаж significa «espionaje».