Pasan los años  y los problemas en el sector salud en lugar de solucionarse paulatinamente se hacen más graves, la peor parte la llevan los que deben usar el sistema de asistencia pública, los pacientes con cáncer.

Los pacientes oncológicos, se estima que en promedio atender un cáncer de diagnóstico temprano cuesta entre 10 y 20 mil dólares según el caso, más del 90% de las familias en el occidente de Venezuela, no tienen cómo atenderse sin ayuda, por eso abundan los servicios públicos en redes sociales pidiendo precisamente ese apoyo que no reciben del sistema de salud del régimen de Maduro. Pero cuando pasa con niños es peor aún, los familiares comentan cómo es realmente difícil para ellos ubicar una unidad de cuidados intensivos. 

Sheira Rodríguez es familiar de un paciente Oncológico, comenta cómo en ocasiones les toca salir a buscar entre los hospitales, unidades de cuidados intensivos en funcionamiento.

Lo peor es que las enfermedades no entran en reposo mientras se logran ubicar las condiciones para una persona enferma, no hay un botón de pausa, el cáncer avanza sobre el paciente y esa es la preocupación de las familias. «Entonces en ese traslado o en buscar UCI o espere papá, mamá, fallece el niño» advierte Sheira Rodríguez.

Pagar una unidad de cuidados intensivos privada es algo que no pueden hacer quienes viven en el occidente de Venezuela, les toca probar suerte con el sistema de salud público, a veces sus seres queridos viven para contarlo, pero en otros casos no pasó así. 

Es una búsqueda constante, cuando no son las medicinas son los espacios para recibirlas y sanar, las UCI deben estar disponibles para cuando se necesiten, el detalle es que la demanda es alta y los cupos, reducidos. No hay cuartos con equipos de soporte, muchos ruegan a Dios no se presenten complicaciones, de lo contrario, será difícil solucionar.

Diariamente llegan a los centros de salud, al menos 20 niños a ser evaluados para determinar qué tipo de patología presentan, médicos que ven valores en exámenes que deben ser analizados con más detalle, el número de estos pequeños en consulta aumentó con el pasar del tiempo.

Los familiares de los pacientes oncólogicos no salen de las salas de hospitalización por gusto y dejan momentáneamente a sus seres queridos solos por simple capricho, es una necesidad que consideran debe abordarse en la brevedad posible debido a que la ausencia de solución está dejando muertos a su paso.

Otros son los pacientes renales, hace poco se les daño el ascensor que los llevaba al piso 9 de la unidad de diálisis del hospital universitario de Maracaibo, lo arreglaron pero, no es la primera vez que se avería. 

Y les tocó subir las escaleras desde la planta baja. Hace aproximadamente 5 años un ascensor dañado del hospital Universitario de Maracaibo mató a una mujer joven que era paciente de ese centro de salud, en ese entonces se prometió la reparación de todos los ascensores y al parecer lo hicieron pero la solución es intermitente, no definitiva, como si lo es, la enfermedad de quienes los necesitan. La situación ha llegado a tal punto que Coromoto Agelves, familiar de un paciente, contó cómo les tocó cargar a su ser querido con todo y cama, llevarlo por las escaleras hasta las máquinas para hacer las diálisis, era eso o dejarlo morir 

Las fallas eléctricas, recientemente hubo una avería en el circuito del hospital Chiquinquirá de Maracaibo dejándolo sin energía por más de 12 horas, se habilitaron a los bomberos para trasladar pacientes hasta otros hospitales, 4 evacuaciones sin novedad ni víctimas a Dios gracias, por alguna razón el sistema alterno de generación de energía no funcionó y nadie explicó por qué, como mucho en Venezuela. El apagón en el área pediátrica del hospital fue una pesadilla para los niños, muchos gritaban, no solo era el miedo de estar en el hospital, fue también la oscuridad la que los espantó.

Y de seguir evaluando la red de salud seguirán saliendo a flote los problemas, la red ambulatoria no funciona a su capacidad instalada, algunos de éstos ni funcionan. No hablar del impacto que tiene en ellos la falta de servicios básicos como electricidad y agua. 

En relación a la gestión regional pasada hay una leve mejoría en la salud, es algo innegable, pero los problemas de desabastecimiento de insumos y medicamentos, junto a las fallas de estructura persisten y eso aún no tiene una solución definitiva, y ya este nuevo gobierno regional va por su tercer año.