La lucha de los pacientes crónicos en Venezuela ya suma unos años, los oncológicos en especial hacen hasta lo imposible por mantenerse vivos a pesar de las deficiencias.
Recientemente en el casco central de Maracaibo, ciudad del occidente de Venezuela, se concentraron los pacientes oncológicos, los retrasos de las medicinas para combatir al cáncer los hizo salir de sus casas, sin importar lo mal que se sentían decidieron llamar la atención, a ver si a alguien les interesaba. Fueron a solicitar medicinas para seguir viviendo, así de simple.
Enfrentar a una enfermedad como el cáncer, de la forma como lo hacen quienes viven en Venezuela es desventajoso, regularmente sale ganando la enfermedad, cuando no fallan las medicinas, lo hacen los insumos, o el transporte, la gasolina, los apagones, cualquier cosa puede pasar.
Al gobierno de Maduro lo menos que le interesa es levantar cifras, las que se tienen vienen de los mismos pacientes. Ángel Urdaneta, quien agrupa a los pacientes oncológicos ha contado 100 de sus ex compañeros que murieron en un periodo de dos años.
El estrés constante del venezolano, con poca calidad de vida, sin agua y con una crisis económica como la actual, hacen enfermar hasta al más sano.
Ser paciente crónico y pobre resulta ser una mala combinación en Venezuela, las posibilidades de sobrevivir se reducen mucho si el dinero es escaso, asegura Ángel Urdaneta que el 85% de los pacientes es de bajos recursos económicos.
Infraestructura de salud del Zulia está en ruinas, una sentencia de muerte para los pacientes oncológicos
La infraestructura de salud está en ruinas, y la poca existente, colapsada. No hay espacios en el sistema de salud público para atender la demanda actual.
Algunos estiman que según el tipo de cáncer y su etapa, un paciente necesita entre 10 y 20 mil dólares para enfrentar a la enfermedad, en un país donde los sueldos no pasan de 50 dólares y que las familias usan estrategias para sobrevivir y comer al menos 3 veces, contar con ese dinero es imposible.
Siempre falta algo, cuando no es la estructura de salud adecuada, no hay insumos o medicamentos, pero cuando los médicos fallan, la cosa se complica.
Off 10. El hermano de Alicia Aguilar tiene cáncer, lleva ya años luchando para mantenerse vivo, el problema es que es pobre. No lo ayuda ni el carnet que tiene de funcionario público, trabaja en una institución que depende de la presidencia directamente, ni con eso hay garantías.
Erika Angulo vive al sur de Maracaibo, fue mal diagnosticada en 2018 y eso la afectó, sin embargo ella mantiene una batalla constante por la vida, dos hijos y una familia son razones suficientes para cualquiera.
Se le hace realmente difícil cumplir el tratamiento médico, con los precios actuales, en su caso 2 mil dólares por un frasco de pastillas y necesita 12 de ellos.
Los diagnósticos errados son frecuentes, que pasa, las personas empiezan a buscar opciones para hacerse los exámenes médicos, y deciden por la opción más económica, a veces tienen suerte y los resultados coinciden con lo que se tiene, otras veces no. No hay economía familiar que aguante.
Aunque resulte difícil de creer, el sistema de salud pública del Zulia solo tiene una máquina de radioterapias, las listas de pacientes son de meses y el cáncer no se detiene mientras el paciente logra estar en la máquina, la enfermedad avanza.
Visiblemente cansada y con voz baja, nos contó como hizo grandes esfuerzos debido a que le tocó ir a una clínica privada y pagar por sus radioterapias, de no hacerlo quizás no lo estaría contando hoy, tuvo que conseguir con la ayuda de familiares y amigos, 2300 dólares para hacérselas.
Por eso es que existen muchos casos de recaídas en el cáncer, y muchos de ellos hacen metástasis rápidamente perdiendo así las esperanzas. Recuperar el sistema de salud a uno que sea más viable y que al menos garantice la vida de quienes lo usan, podría tomar unos años. La salud en socialismo en teoría se vende como gratuita pero en la práctica no lo es, los pacientes igual terminan buscando el dinero que no tienen, para seguir vivos.
Todo se concentra en Maracaibo, hay pacientes que viven en los municipios foráneos, los que tienen un poco de dinero y están cerca a Colombia se van hasta allá, los que no viajan hasta Maracaibo a probar suerte.