Tres strikes y queda afuera la popularidad de Nicolás Maduro luego de tantos esfuerzos que le tomó a la narcodictadura para demostrar al mundo que tiene influencia entre los venezolanos, no obstante la inauguración de la Serie Del Caribe demostró que el dictador está solo.

Venezuela es un país apasionado y amante del beisbol, gusto deportivo que lo separa de la tendencia futbolística del resto de América del Sur, pero esto no ha detenido al país al competir dentro de la Serie del Caribe, juego que este año tiene como sede Venezuela.

Nicolás Maduro asistió a la ceremonia inaugural de la edición 65° de la Serie del Caribe “Gran Caracas 2023″, que se llevó acabo en La Rinconada. 

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El estadio tiene una capacidad para 20 mil espectadores, pero muchos puestos quedarían vacíos por la baja demanda para la compra de tickets. Una fuente reveló a nuestra sala de redacción que un gran cantidad de tiquetes fueron regalados a cambio de apoyar la presencia del dictador en el partido donde salió victoriosa Venezuela con 5-2 contra Panamá.

Otro de los escándalos que se dieron a lugar en el partido fue la instalación de un jacuzzi dentro del estadio. Otro de los excesos del régimen para demostrar el despilfarro de dinero, poder y mal gusto.

Pero no solo se presentó Maduro con sus más allegados, la hija del presidente fallecido Hugo Chávez, María Gabriel, quien posó en una foto con el jugador Miguel Cabrera.

Afianzando lo que comentó nuestra fuente, el periodista Gustavo Azócar comentó lo siguiente en su red social Twitter: «Se llevaron 2.000 empleados públicos. Se llevaron 1.500 militares y guardaespaldas. Regalaron 3.000 entradas. Y el tipo solo estuvo en el estadio poco más de una hora (solo para grabar el vídeo). Puro cuento. Puro pan y circo. Puro buche y pluma»

Una dictadura de lujos dentro de una Venezuela en crisis humanitaria

La narcodictadura de Nicolás Maduro no desperdicia una oportunidad para demostrar los lujos por tantos años de corrupción y desfalco a los gastos públicos. Mientras que los venezolanos están atravesando una dura crisis humanitaria por los sueldos paupérrimos, una economía enferma por la hiperinflación y la violación sistemática de los derechos humanos.

El país ha estado plagado de protestas por parte de los docentes y trabajadores públicos por los sueldos que no le alcanzan para la canasta básica de alimentos o para cubrir cualquier necesidad.