El presidente colombiano Gustavo Petro denunció este martes que el narcotraficante y exparamilitar Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias ‘Chiquito Malo’, líder del Clan del Golfo, ha sellado una alianza con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en territorio venezolano para controlar economías ilícitas y ejecutar actos criminales contra la población civil.
Según declaró el mandatario y recogió el diario El Espectador, esta unión entre bandas armadas busca consolidar el dominio territorial y económico en la frontera colombo-venezolana, especialmente en zonas como el Catatumbo, donde ya se han incautado 32 toneladas de cocaína.
“’Chiquito Malo’ ha decidido una alianza con el ELN, del lado venezolano. Ya se han incautado 32 toneladas de cocaína del Catatumbo, y detenido varios alcaldes y políticos que ayudaban al narco”, aseguró Petro.
La declaración ocurre en medio de un repunte de violencia en el país, que ha dejado al menos 27 miembros de la fuerza pública asesinados en las últimas dos semanas —15 policías y 12 militares—, como parte de un “plan pistola” que Petro comparó con la estrategia de terror utilizada por Pablo Escobar en los años noventa.
Ofensiva total contra el Clan del Golfo
El presidente colombiano anunció una reunión especial de alto nivel para intensificar las acciones contra el Clan del Golfo, a quienes responsabiliza, junto con disidencias de las FARC, del recrudecimiento del conflicto.
“Arreciaremos la ofensiva contra el clan. No tienen escapatoria. O abandonan la actividad ilícita o se construye una alianza mundial para destruir al Clan del Golfo. Llegaremos hasta sus aliados en Dubái”, advirtió Petro a través de su cuenta en X.
La postura firme del mandatario surge tras el asesinato del líder sindical Walberto Quintero, vinculado al movimiento Colombia Humana, y en medio de un contexto de negociaciones fallidas con varios grupos armados que han desafiado abiertamente los intentos de paz del gobierno.
Política de paz bajo cuestionamiento
El propio ministro del Interior, Armando Benedetti, reconoció el viernes que la “política de paz total” impulsada por el presidente Petro “no ha salido bien”, reflejando el complejo panorama de seguridad en el país.
Colombia cuenta actualmente con unos 22.000 miembros activos de grupos armados ilegales, entre narcos, guerrilleros y disidentes. Desde la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, la violencia ha resurgido en varias regiones del país, alimentada por el narcotráfico y la fragmentación de antiguos grupos insurgentes.
Según datos oficiales, el conflicto armado colombiano ha dejado casi 10 millones de víctimas en más de seis décadas.
Petro concluyó su intervención con un llamado a la ciudadanía para que, con la debida reserva, entreguen información que permita dar con los líderes del Clan del Golfo, al tiempo que pidió a la Fiscalía General de la Nación conformar un equipo especial que atienda los casos de integrantes del Clan dispuestos a negociar su desmovilización por vías legales.
“Yo no admito el chantaje”, sentenció el presidente.