El jefe de la Unidad Antinarcóticos de Aduanas de Guyana (CANU), James Singh, denunció el 19 de agosto de 2025 que la mayor parte de la droga que circula en Guyana proviene de Venezuela, transformando al país en una escala clave para el contrabando internacional hacia Europa y África Occidental.
Singh explicó que, aunque Guyana no produce cocaína, su ubicación estratégica lo convierte en un punto de transbordo, especialmente tras el aumento de patrullajes en el Caribe que ha redirigido las rutas de los carteles.
“Llegan desde Venezuela por avión o barco. No ayuda que Venezuela sea un narcoestado y reclame dos tercios de nuestro territorio”, afirmó, refiriéndose a la disputa por el Esequibo.
Singh detalló que los cargamentos interceptados, valorados en millones de dólares, incluyen vuelos a baja altura, contenedores marítimos y naves semisumergibles. La mayor incautación histórica ocurrió en 2023, con 4,5 toneladas de cocaína enterradas en una pista ilegal, valoradas en 200 millones de dólares. El presidente Irfaan Ali solicitó entonces más apoyo internacional, destacando la necesidad de recursos para combatir aviones cargados de droga que operan en pistas clandestinas.
La CANU intensifica sus operaciones con la cooperación de la DEA de EE. UU., Reino Unido, Canadá, Brasil, Colombia, Francia y Surinam. Singh subrayó: “No podemos luchar solos. Es una red, por lo que las alianzas son clave”. Esta colaboración es crucial ante la transformación de Guyana en un corredor para drogas destinadas a Europa y África Occidental, alejándose de las rutas tradicionales hacia Norteamérica.
Implicaciones regionales y presión internacional
La denuncia de Singh ocurre en medio de un cerco internacional contra el régimen de Nicolás Maduro, acusado por EE.UU. de liderar el Cartel de los Soles, con una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. El despliegue de tres destructores estadounidenses (USS Gravely, USS Jason Dunham, USS Sampson) con 4,000 efectivos, aviones P-8 y un submarino nuclear clase Virginia cerca de Venezuela, según @orlvndoa en X, intensifica la presión. Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que EE.UU. usará «todo su poder» para frenar el narcotráfico, calificando a Maduro como un «líder fugitivo» de un cartel.
Maduro responde con retórica belicista, ordenando armar a 4,5 millones de milicianos y prohibiendo drones, mientras enfrenta acusaciones de traficar 250 toneladas de cocaína anuales.
Gustavo Petro advirtió que una invasión de EE.UU. convertiría a Venezuela en «otra Siria», arrastrando a Colombia. Sin embargo, analistas como Antonio de la Cruz de Inter American Trends descartan que el ejército colombiano defienda a Maduro, señalando que sectores militares venezolanos desean su salida. La CPI, con el caso Venezuela I bajo Mame Mandiaye Niang, acelera investigaciones por crímenes de lesa humanidad. María Corina Machado afirmó: “La verdad sobre Maduro exige justicia”. La comunidad internacional debe actuar contra un narcoestado que perpetúa el terror, mientras Guyana lucha por su soberanía frente a la amenaza venezolana.