El mercado laboral de Venezuela se ha ido reduciendo por diversos factores, pero el principal, es la severa crisis económica generada por el régimen de Maduro que acabó con el valor del salario como contraprestación por el aporte que se realiza al proceso productivo de generación de bienes y servicios.

Esto ha llevado a la informalidad a más de la mitad de los venezolanos que se encuentran laborando de manera activa, según expone un estudio del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) que incluye datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por la Universidad Católica Andrés Bello que corroboran el hecho.

De esta manera más del 50% de la población trabajadora venezolana está inserta en el mercado laboral informal, lo que deja ver que el trabajo por cuenta propia y el comercio sin registro han superado al empleo en empresas y comercios formales, según destaca la profesora universitaria Rosa Amelia González, integrante del Centro de Políticas Públicas del IESA.

“Por cada 100 empleados en distintas ocupaciones, la mitad de ellos está en el sector informal”, precisó González. 

Vulnerabilidad y poco aporte a la nación

Ésta informalidad elude las regulaciones laborales, dejando a los trabajadores sin beneficios de ley ni protección social; pero se ha convertido en una vía de escape de profesionales y técnicos a pesar de la vulnerabilidad a la que se someten, donde además pierden la estabilidad y regularidad de sus ingresos. Una decisión que entre los años 2014 y 2021 tomaron al menos dos millones de venezolanos.

“Uno inmediatamente piensa en la migración, que tiene un impacto importante, pero también está pasando que hay gente que desistió de entrar al mercado laboral, no le interesa, no lo busca”. Explicación que hace González, al destacar que estas actividades en mayor medida son de bajo valor agregado, y, que, aunque proporcionan ingresos, no aportan al desarrollo del país ni al crecimiento personal del trabajador.

Una de las causas de este ascenso de la informalidad laboral en el país, es la contracción de varios sectores económicos, entre ellos, la manufactura y el sector financiero: “Ya no hay la cantidad de actividades que solían emplear a los venezolanos. Por lo tanto, los ciudadanos han buscado alternativas en actividades por cuenta propia”.

Con 130 Bs de sueldo mínimo ¿Quién?

Desde hace tres años el madurismo dejó estancado el salario mínimo en 130 bs, un monto que está por desaparecer debido la constante devaluación de la moneda local y la imparable inflación, ya que, lo que en principio equivalía a $30 mensuales, hoy se traduce en apenas un dólar y treinta céntimos.

“El régimen ha hecho que el ciudadano pierda por completo el interés en formarse, en prepararse ¿para qué me voy a formar y ‘quemar’ las pestañas, si no voy a tener una remuneración apropiada?” enfatiza Arlán Narváez, economista y profesor de la UCV, quien afirma que de esta manera en Venezuela se desvirtuó la esencia del trabajo y del salario.

En este contexto, la informalidad no parece ser una simple elección, pero sí una necesidad para la mayoría de los venezolanos que carecen de alternativas. Y, a su vez, es una realidad obviada por el régimen pese al impacto que tiene en la recaudación de impuestos y tributos, sin embargo, nadie toma las medidas oportunas que logren armonizar esta situación.