Vender gas a Colombia no es algo nuevo para Venezuela y hoy se quiere retomar este antiguo acuerdo, el problema es que la industria del país no está en su mejor momento y además no hay mucho que favorezca el negocio. 

Deja vu

Desde que Venezuela inició la producción petrolera, no se vio interesada en desarrollar su explotación gasífera efectivamente y hoy simplemente no procesamos este producto en su totalidad, alguno lo usamos para el consumo interno, por ejemplo Maracaibo tiene red de distribución de gas doméstico desde 1938. 

Un experto

El profesor Marcías Martínez en una autoridad en lo que a producción de gas se refiere, sus libros son la guía de la mayoría de los ingenieros en el continente desde México hasta Argentina, así que, de este profesional del recurso mineral sabe, y no solo eso, se conoce la historia, en la presidencia de Carlos Andrés Pérez, se hizo el acuerdo para vender gas a Colombia, el detalle es que el acuerdo no benefició en nada a Venezuela. “Compraban a un dólar el millón de BTU pero cuando Venezuela pagó 3 millones por millón de BTU entonces a veces hay decisiones de tipo político que los técnicos no entendemos”.

La experticia técnica y la política no van de la mano, y en un primer momento Venezuela pudo evidenciar que el gas representaba ser un buen negocio cuando se construyó una planta y se pagó con derivados del gas, pero sencillamente no hubo interés, por eso hoy día ese recurso no lo vendemos, lo quemamos, y hoy se envían al ambiente dos mil millones de pies cúbicos por día de gas natural de alto contenido de componentes licuables. Pero cómo calculamos eso, dos mil millones de pies cúbicos de gas natural, que representa eso. “Yo te puedo decir que un millón de pies cúbicos de gas es equivalente a 3500 aparatos de aire acondicionado de un HP”, asegura Marcías Martínez.

Un negocio que se quema 

De hecho, si se contara con la tecnología con plantas criogénicas para simplemente licuar el gas y adaptarlo a las necesidades del mercado actual, los ingresos al país serían enormes. De hecho hoy día podría venderse a muy buen precio el gas por el problema actual entre Rusia y Ucrania.

Pero hoy día, en pleno 2024 es posible restablecer ese acuerdo entre Colombia y Venezuela, algunos son escépticos y consideran que es inviable tal negociación y dan sus razones tomando en cuenta el estado actual de la industria petrolera, la producción de la estatal PDVSA bajo de tres millones y medio a menos de un millón de barriles de crudo por día en 15 años. 

Pero nuestro especialista ve el panorama un poco más amplio y piensa que si es viable, pero se necesita de una serie de decisiones que se deben tomar, y garantías por supuesto, nadie en su sano juicio invertirá millones en actividades petroleras sin ningún tipo de seguridad. ¨Para eso tiene que haber seguridad jurídica y las empresas que vengan a invertir tienen que tener la seguridad de que van a recuperar la inversión¨. Con esto, la cantidad de empresas interesadas en invertir será grande, reitera Marcías Martínez. 

Lo primero sería evaluar lo que se tiene disponible y que tipo de operatividad posee, ya se sabe del Zulia no se puede contar con gas para Colombia, la alternativa es traerlo de oriente, el detalle es que la tubería termina en la mitad de Venezuela. Llega a Barquisimeto y en la capital de Lara hay un desvío hacia Falcón

Hay un desvío de esa tubería que inclusive llega al estado Falcón, pero no al Zulia, y pudo llegar, el detalle es que la sección Barquisimeto Maracaibo en esa época no la quisieron pagar los gerentes de turno.

Gas como solución 

Y es que no solo para vender a Colombia, el gas venezolano podría resolver unos cuantos problemas internos, sobre todo en los que a electricidad se refiere. ¨Y si nosotros tenemos gas que estamos quemando y podemos convertir ese gas en electricidad no se explica los problemas de electricidad que tenemos siendo que tenemos energía fácilmente convertible¨ asegura Marcías Martínez.  

Después de satisfacer la demanda interna, podríamos ampliar el beneficio a nuestros vecinos y vender lo que resta de la producción a Colombia. 

Si tan solo el interés político se alineará a los que tiene la población en general, mucho sería lo que se podría lograr, sobre todo en esta parte del continente. Una vez se hizo una propuesta de idear la gran conexión de gas que incluyera varios países, pero un especialista en ese entonces dio a conocer una gran verdad. ¨Porque en américa latina los pleitos son muy comunes¨. 

Ecuador tiene gas, Bolivia, Argentina y quien compraría sería Brasil, el negocio se propuso que, cada país hiciera su conexión y luego de estar todas ya alineadas, quien aportará gas a la red cobraba y quien demandaba de él, pagaba. Una idea genial, un gasoducto panamericano, pero empezaron las desavenencias, Bolivia se negó sí se compartía el gas con Chile.

Por eso nada se logró. Y es una lástima porque de hacerse, muchos no estarían cocinando a leña sus alimentos como hoy lo hacen. 

Mientras tanto toca esperar a que lo político se coincida con lo social, la recomendación a los colombianos es que, no esperen en el corto plazo el gas venezolano.

Entre los petroleros existe este dicho, el mejor negocio del mundo es una industria petrolera bien llevada y el segundo mejor negocio es una industria petrolera mal llevada. La explotación de crudo es rentable, solo que depende de decisiones políticas que la mayoría de las veces obedecen a intereses partidistas que no son afines a los de la población.