(Redacción por Lenin Danieri) Aunque resulte difícil de creer, la inestabilidad en el sistema eléctrico ya suma más de 13 años, la escasez de gasolina casi la década. Que la energía falte en zonas de producción de alimentos es, cómo Machiques, peligroso, sobre todo para un país como Venezuela con una marcada crisis económica y social.

Antes de la llegada del socialismo a Venezuela, el país tenía una zona productora de alimentos por excelencia, se le conocía como La Despensa de Venezuela, el sur del lago de Maracaibo y la Sub Región Perijá. Machiques de Perijá llegó a tener fincas que sirvieron de referencia en el continente por la calidad de la reproducción de embriones bovinos. Se llegaron a generar un millón de litros de leche al día. Hoy nada de eso existe, entre las expropiaciones iniciadas por Chávez y la demarcación indígena, acabaron con el eje productivo de la zona. Hoy Machiques padece por la crisis energética que atormenta a sus productores desde hace años. La electricidad es mala.

Las fluctuaciones han ocasionado daños en equipos de todo tipo, comerciales, industriales, agropecuarios, no hay artefacto eléctrico que aguante las repentinas cargas que se generan. Podrían usar sistemas alternos de energía, conocidos como plantas eléctricas, pero tampoco hay combustible.

Afecta la vida social de todos, asegura Juan Carlos Perrota, presidente de la asociación de comerciantes.  Como puede existir dinámica alguna sin gasolina ni electricidad. Ahora para colmo el gobierno de Maduro creó un plan llamado Borrón y Cuenta Nueva, estableciendo un precio a pagar a quienes no recibían facturación desde hace años. Vale la pena mencionar que el sistema eléctrico hoy día funciona debido a los ganaderos, ya que son ellos quienes suministran la logística para tal fin.

La empresa eléctrica del gobierno los obliga a pagar 12 mil quinientos bolívares por cada aparato de medición de energía y hay fincas que tienen hasta más de 10 de ellos, es algo impagable para ellos asegura Gerardo Socorro, presidente de la asociación de ganaderos de Las Piedras en Machiques.

Los productores agropecuarios sacaron sus cuentas, sumaron el número de agremiados entre las asociaciones de la zona, al menos 3 de ellas, la cuenta dio nada más y nada menos que 500 mil dólares, ese es el monto que en teoría debe pagar el sector productor por una crisis no creada por ellos, y eso no es todo ya que también deben sumarse los costos de vialidad, combustible en el mercado negro.

Machiques, al borde del colapso

Producir alimentos en Venezuela es una tarea titánica, es una especie de competencia de Pentatlón constante, cuando no es la inseguridad o el clima, son las inundaciones o el robo de ganado. Necesitan combustibles no solo para las máquinas y el transporte, para las plantas generadoras de electricidad que son un instrumento más hoy día, no solo para el trabajador del campo, es que hasta los médicos necesitan una.

El combustible no se adquiere tan fácilmente, la única forma que se consigue sin límites de litros es en el mercado negro donde se vende hasta 200% por encima de su valor al precio internacional, quienes no pueden pagar deben adaptarse a las FACILIDADES que da el gobierno para tener gasolina o diesel. A veces solo les venden gasolina por el llamado sistema patria y para lograr sumar mil litros o la cantidad de litros que necesitan, deben buscar a 40 personas inscritas y con su huella digital ya almacenada en la base de datos. Si esto falla, no hay más opciones que el mercado negro.

Aunque resulte difícil de creer, cuentan algunos de los afectados que en momentos, cuando necesitan combustible para la ambulancia, deben ir con el paciente hasta las gasolineras para que les crean quienes son responsables de ellas, hubo casos de muertes por la falta de transporte oportuno. Muchas veces no hay gasolina o no fue dada la orden para abastecer, y si eso no se tiene, no hay gasolina.

A veces les dan la cantidad de litros justa para llegar a Maracaibo, no para regresar, al menos en la capital del Zulia no hay tantos problemas para abastecer. En las clínicas se necesita electricidad o al menos un sistema de energía alterna.

El médico especialista Richard González, entiende que la crisis energética puede afectar al sector comercial, pero la salud también lo está. Si se pierden tomates por falta de refrigeración es grave y triste, pero no tanto como la muerte de un paciente por la falta de electricidad.

El sector comercial subsiste por la terquedad de quienes tienen locales. Son pocos los que se lanzan a la aventura de ir hasta Perijá, debido a que si viajan, posiblemente no puedan regresar.

Una de las enseñanzas que ha dejado al venezolano todos estos años de revolución y de socialismo, es que les toca resolver para tener lo que en teoría el gobierno debería garantizar, servicios públicos, salud, seguridad, transporte. Quienes quieren tener sus negocios abiertos muchas veces deben grandes esfuerzos

Todo lo antes descrito ocasiona una distorsión en los precios de los alimentos ya que la falta de todos los elementos para producirlos genera aumentos desproporcionados. 

Pareciera un interés en querer despoblar de productores agropecuarios algunas zonas de Perijá, es que en ocasiones es realmente difícil vivir en poblaciones que hasta hace unos años eran localidades tranquilas y seguras.