De ser un integrante del cuarto poder, los periodistas venezolanos pasaron a ser casi un proscrito en su propio país, donde por razones legales palabras como saqueos, régimen, por solo citar dos de ellas, están prohibidas en los medios de comunicación. ¿Cómo pasó todo esto?, fue algo paulatino en realidad

Desde la llegada de La Revolución de Hugo Chávez, el trato a los medios de comunicación fue cada vez más hostil, tanto por él como sus seguidores quienes prácticamente cerraron filas contra la prensa libre e independiente. De hecho los medios impresos desaparecieron antes de tiempo porque el papel para imprimir los periódicos los manejaba una corporación gubernamental llamada Maneiro, que entregaba a discreción el anhelado papel, y no solo los periódicos, las radios también, Gonzalo Colmenares empezó en Radio Calendario, ruinas y escombros que antes eran una estación de radio. 

Con Radio Calendario, de señal amplitud modulada fue así, la emisora se fue quedando sola, primero los actos de vandalismo en las antenas repetidoras la sacaban del aire, luego la estación imposibilitada de salir al aire y mantenerse empezó a apagarse, el personal se fue y luego llegaba otro grupo a desmantelar, robar y saquear. Así se van cerrando paulatinamente ventanas de información.

Poner las bardas en remojo: lo que deberían hacer muchos periodistas en Suramérica

Ojalá la dirigencia política entendiera eso, empezaron a ver a los medios como los enemigos, algo más o menos similar pasó hace poco en Colombia con Petro y sus seguidores por cierto, agredieron a periodistas, eso sucedió al principio cuando Chávez, pero nadie imaginó lo que venía después.

Las ruinas que fueron los equipos de transmisión que recibían y amplificaban la señal de RCTV, un canal que fue cerrado por Chávez el 27 de mayo 2007 y que le dio paso a Tves, hoy son escombros y estructuras viejas que están en abandono. Fue un proceso que fue por etapas, ahora los métodos son un poco más sutiles y, menos directos, las leyes. Rafael Galicia empezó como periodista en 1979 y en su época la lucha era otra. En esos tiempos se debatía la libertad de expresión, hoy el acceso a la información, cosa que en la actualidad no existe.

Periodistas que pasaron momentos de tensión por simplemente subir un tweet o por opinar y hasta informar sobre determinado tema, es un patrón que se ha mantenido con el pasar de los años.

Por algo El Gabo define al periodismo como el mejor oficio del mundo, sus profesionales les ha tocado adaptarse no solo a la animadversión gubernamental, sino a los adelantos, por ejemplo, el empezó con los cajetines en las emisoras, hoy todo es digital, y ahora entra la Inteligencia Artificial.

Sin gasolina, electricidad ni garantías, así trabajan

Adaptarse a todo, ha tocado tener que trabajar sin fuentes oficiales, buscando datos como sea posible, en ocasiones sin electricidad. Ejercer el periodismo en Venezuela no ha sido fácil en todo este tiempo, son cada vez menos medios de comunicación. A Jaira Nolano le ha tocado caminar hasta donde están sus entrevistados. Cuando no tiene vehículo, no hay gasolina, a veces faltan ambas cosas.

En la actualidad en Venezuela podríamos medir los tiempos históricos del periodismo en dos grandes momentos, la llegada del socialismo y la Covid 19, después que esos dos llegaron, nada fue igual.

Para sobrevivir ha tocado adaptarse, quizás en otros países también pasó así en pandemia pero muchos no tenían a la revolución bolivariana gobernando. A los periodistas les ha tocado difícil.

El maestro Kapuscinski decía que para ser un buen periodista hay que ser una buena persona, solo personas de valía y coraje son capaces de soportar los embates de los  malos regímenes, los comunicadores sociales venezolanos han tenido que adaptarse y contar las historias con sutileza para evitar entrar en el radar de la revolución socialista. A los colegas de otras naciones hermanas que les toca lidiar con los gobiernos de izquierda, deben ser cuidadosos y estar atentos ya que fueron patrones que se aplicaron en Venezuela los que podrían repetirse en sus países. 

Que seguirá más adelante para los comunicadores y medios de Venezuela, es difícil saberlo a ciencia cierta, pero podemos deducir algo de lo que podría venir por lo que vemos en el ambiente. Lo que no debería mencionarse como opción, ni siquiera pensarse es en la autocensura.

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