La calidad de la educación en Venezuela se ha venido a menos de manera alarmante durante los últimos años, sin discriminación entre pública o privada, ya que se convirtió en un problema generalizado que tiene su origen en diversos elementos necesarios para que se produzca de manera efectivo el proceso enseñanza aprendizaje.
Desde la Federación Venezolana de Maestros (FVM) han identificado una serie de problemas estructurales desde hace algunos años que han sido los causantes de la decadencia del sistema educativo, comenzando por el déficit de docentes preparados que han migrado a otros países u otros oficios, debido los ‘paupérrimos’ salarios que devengan en los planteles educativos; desde donde también se han ejecutado jubilaciones forzosas por motivos políticos, una realidad que demuestra el desinterés del régimen de Nicolás Maduro en invertir en este sector.
“El niño tiene que cumplir sus 200 días de clases como lo dice el calendario escolar, esto es un problema del gobierno porque no invierte en la educación a tiempo, con buenos salarios, espacios dignos para la enseñanza, con buenos servicios…” señala la profesora Carmen Teresa Márquez, presidenta de la FVM desde donde hace algunos años respaldaron el decreto de emergencia humanitaria compleja aprobado por la Asamblea Nacional del año 2015.
Índice académico en caída libre ante poca preparación de maestros venezolanos
Según el régimen chavista, el déficit de maestros en educación básica y diversificada supera los 200.000 docentes, una cifra confirmada por la FVM y otras instancias a fines al sistema educativo, que han visto cómo la diáspora de más de 7 millones de venezolanos se ha llevado los profesionales más preparados a impartir sus conocimientos en otras latitudes.
“La diáspora nos ha afectad mucho, gran parte de los profesores que egresaron aquí se fueron a otros países donde les ofrecieron villas y castillos” relata el profesor José Javier Salas, quien está a cargo de proyectos especiales de la escuela de educación de la Universidad Católica Andrés Bello, desde donde hace seguimiento a los índices académicos en el país que este año se ubicó por debajo de los diez puntos sobre veinte, por entre otras cosas, la baja calidad de la enseñanza en los planteles educativos.
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Carrera docente sin relevo a corto plazo
El pedagógico de Caracas, máxima referencia en la formación y profesionalización de la carrera docente en Venezuela, hoy día luce solitario ante la poca inscripción de aspirantes que ven en otras áreas mayores incentivos económicos que no encontrarán en las aulas de clases, incluso, a pesar de la vocación que supone ser maestro, una realidad que no llena la nevera de quienes en gran medida cargan con la responsabilidad del futuro de un país.
“Nosotros teníamos más de cuatro mil profesores impartiendo clases, pero se han ido más de 500 profesores y los estudiantes, los bachilleres, licenciados o técnicos han abandonado el país porque han logrado trabajo en el exterior, lo que ha disminuido la matrícula en el pedagógico” comenta el profesor Rogelio Belo, presidente de la asociación de profesores de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) que en el pasado llegó a tener una matrícula superior a los 160.000 estudiantes de la carrera docente, hoy día no supera los 20.000 aspirantes; y solo mil quinientos de ellos en la sede principal de Caracas.
“No se puede pensar con la barriga vacía”: Nueva ola migratoria a la vuelta de la esquina
Mientras tanto, la intención de emigrar se mantiene presente en el consciente de los venezolanos, sobre todo en los más jóvenes que aún se encuentran en edad productiva pero que ven pocas expectativas de mejoras en el país si continúa el régimen chavista en el poder luego del 10 de enero, otro ingrediente más en un caldo de cultivo que proyecta mayor decadencia del sistema educativo a corto plazo y mediano plazo.
“No nos damos cuenta de la pérdida desastrosa que habrá por la condición económica, por la pérdida de cerebros de todas estas personas que no se están formando como deberían. La educación no pasa por memorizar algo, la educación pasa por pensar, pero ¿cómo se puede pensar con la barriga vacía?” afirma Jesús Pérez, estudiante de economía de la Universidad Central de Venezuela al ser consultado sobre sus planes a futuro en el país, quien al igual que la mayoría de sus compañeros no descarta emigrar en 2025 incluso sin haber culminado la carrera, si fuera necesario.
“Siempre se considera la posibilidad, ya que no sabemos que puede para en los próximos meses o a lo largo de la carrera que no me permita seguir estudiante; es algo presente a diario en todos los estudiantes porque no es suficiente el dinero que sustenta a la familia para poder continuar con los estudios” comenta Gabriel Briceño, quien al igual que su compañero de carrera, deja abierta la posibilidad de salir de país antes de graduarse.
Ante esta realidad el régimen de Nicolás Maduro recientemente exhortó a los maestros jubilados a volver a los planteles educativos para llenar el vacío de las aulas de clases que ha dejado la migración, sin embargo, el llamado no ha sido acatado, puesto que el salario promedio de un maestro en el sistema público de educación no supera los $30 mensuales o su equivalente en bolívares, la moneda nacional devaluada diariamente por el chavismo.
Y como si fuera poco, los docentes afirman ser perseguidos, hostigados y amenazados por razones políticas; sin ningún tipo de beneficios contractuales y en algunas oportunidades con suspensión de sueldos si no se presentan en las aulas a trabajar, en un horario mixto promovido por el régimen ante la aceptación de no tener intención de mejorar los sueldos y salarios.