Ayer, cuando se conmemoraba 65 años de la caída del dictador Marco Pérez Giménez, miles de venezolanos salieron a las calles a exigir sus derechos.

Maduro sigue enfrentándose a miles de protestas donde le exigen, aumentos salariales, servicios públicos, pensiones dignas entre muchas otras que aquejan a todos los venezolanos. Trabajadores, profesionales, educadores, obreros y técnicos, sector salud, administración pública, universidades autónomas y también los pensionados y jubilados se siguen manifestando en todo el país para exigir la dolarización de los sueldos, así como reivindicaciones laborales. 

A pesar de los amedrentamiento por parte del régimen los trabajadores no han dejado de tomar las calles del país, convocando así a seguir sus manifestaciones y exigencias. Hay que destacar, sin politizar las manifestaciones, que algunas corrientes aliadas del chavismo participan en las marchas por los mismos problemas que sufren todos los venezolanos, una realidad de la que no escapa nadie.

Una Venezuela con motivos innumerables para protestar

El salario mínimo fue fijado en marzo de 2022 en 130 bolívares mensuales, lo que equivale hoy a unos siete dólares, aproximadamente, por lo que se necesitan más de 50 sueldos mínimos para cubrir la canasta alimentaria, que está alrededor de unos 400 dólares Esto es lo que perciben gran parte de los trabajadores públicos y más 5,3 millones de pensionistas y jubilados.

Maduro ha tratado de calmar la molestia en los sectores, pero ha sido imposible. Aunque se esperaba un aumento salarial para el Día del Maestro, que se celebró en Venezuela el pasado 15 de enero, eso no ocurrió, Maduro se burló nuevamente de los trabajadores y anunció una bonificación ínfima.

El régimen buscando culpables ante su incapacidad para sacar al país de la crisis en la que ellos mismos la sumergieron han dicho que lo que se vive hoy es gracias a “los efectos del bloqueo y la guerra económica de la oligarquía”.

Colectivos, funcionarios de fuerza del régimen y amenazas no han logrado silenciar a los protestantes, quienes han dicho que de no obtener respuesta tomarán más medidas de presión.