Cualquier cosa en Venezuela es realmente complicada, pero cuando hablamos de deportes, quienes se empeñan en trascender hacen grandes esfuerzos para lograrlo, hasta pedir ayuda de otros. Historias de sacrificios, pero también de satisfacciones.

Potazo para todo

En la Venezuela de hoy, es normal conseguir personas en las calles pidiendo ayuda para cualquier cosa, comer, tratamiento médico, hasta para costear la graduación de un estudiante. Recientemente pudimos ver a Judith Castro y su hija Paula Ayala, estaban en el cruce de la avenida Las Delicias con cruce Circunvalación en Maracaibo estado Zulia, occidente del país. Hay una competencia a la que ir, lo que no hay es el dinero para pagar por el viaje. ¨Nos reunimos, hacemos rifas, entre todas las mamás hacemos potazos, entre las mismas mamás nos organizamos y vendemos algo¨, aseguró Judith Castro. 

Madre e hija, y por supuesto la familia en pleno, conformaron un equipo, cuya intención es lograr que las condiciones deportivas de la joven se incrementen de la misma manera como ellos se esfuerzan en lograrlo. 

Mientras Judith explicaba las razones de estar en la calle, la gimnasta de solo 13 años hacía demostraciones de sus capacidades adquiridas en casi 10 años de entrenamiento. ¨Es difícil porque se tienen que pagar varias cosas entonces como yo hago potazos, mi mama pues me apoya y buscamos recursos de donde podamos¨, afirmó Paula Ayala. 

Competir en todo momento

La cosa en deportes funciona así, el atleta de alto rendimiento debe medirse en competencias para evaluar cómo va su desempeño, en ocasiones les toca viajar a competencias a músculo propio, las instancias de gobierno colaboran en ocasiones, cuando no, hay que resolver. La competencia es en Caracas y solo el campamento e inscripción son 250 dólares, sin incluir pasajes, alimentación y demás gastos.

No dan los números.

Sacando cuentas, la cosa supera los 400 dólares, sin incluir la alimentación y el pasaje. Pero la voluntad saca lo mejor de las personas, y más cuando hay mucho en contra y poco a favor. ¨Entonces yo me siento preocupada porque lo que yo gano son 140 mensual entonces yo de hecho le dije a la profesora, profesora yo le puedo transferir de una vez lo que voy a ganar completico, pero me dijo que no me dijo que tiene que ser dólares eso es otra cosa¨, advirtió Judith Castro.

La hija de Judith empezó a entrenar a los 3 años de edad, paralizó dos veces sus clases por cuestiones de salud y hoy día va al gimnasio a diario hasta por tres horas, esos esfuerzos han derivado en resultados positivos, ya la adolescente está en un ranking de competición, y en ese proceso van eligiendo a los mejores según sus edades. 

Hoy día hacer deportes no es tan común como en otros años, muchos jóvenes de la edad de Paula Ayala no sienten mucha curiosidad por las disciplinas deportivas, por esta razón ella recomienda empezar a crear el hábito de entrenar. 

Otra historia distinta

La otra historia es de un joven que empezó como futbolista, luego empezó el atletismo durante la pandemia y ahora practica ambas, recientemente rompió récord nacional y se ubicó entre los 5 más rápidos del continente. Le tocó ir a competir, con el apoyo de sus padres por supuesto. Viajaron de Maracaibo hasta Barquisimeto en el centro del país, pero moverse entre regiones no es tan sencillo, hay que esperar a que un bus o vehículo se llene de pasajeros y eso puede tomar horas.

Llegaron a las 2 de la tarde a la terminal terrestre, pero salieron a las 11 de la noche, arribaron a las 4 de la mañana del mismo día de la competencia. ¨Descansamos solo dos horas y bueno a competir la semifinal 10 de la mañana, la final 12 del mediodía¨, aseguró Harold Augusto, entrenador.

Casi amanecido y aun gano dos veces

A pesar del cansancio y el enorme esfuerzo financiero de sus familiares, el joven ganó en las dos disciplinas que domina, atletismo con récord nacional, y el fútbol donde clasificó a las finales.

La mayoría de los familiares de quienes compiten aseguran que a la pista no solo entra el corre o está en la gimnasia, entran a la pista o al campo todos. En el caso de Ángel González, todo empezó en el barrio, y es que precisamente del barrio es que han salido los grandes del deporte, a músculo propio, y muchas veces con poco o ningún apoyo gubernamental. 

Como en el caso de Paula, que se colgaba en un tubo que instaló su madre entre dos árboles para entrenar la gimnasia, Ángel en sus primeros años ya se evidenciaba el potencial.

Hoy día después de superar tantos obstáculos, ambos casos tienen un denominador común, las enormes ganas de demostrar sus capacidades, ir a las olimpiadas o competencias internacionales.

Las instalaciones deportivas en el Zulia no están en las mejores condiciones, pero eso representa un obstáculo más, de tantos a superar para alcanzar la meta deseada, ser los mejores, erigirse como campeones, logros que quedan en el recuerdo de por vida.