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Una publicación compartida por Dossier Venezuela (@dossier_venezuela)

Desde el primero de enero la excesiva presencia policial en las calles de Caracas y las principales ciudades del país han marcado el comienzo del año 2025 para los venezolanos.

Un desmedido despliegue de alcabalas en avenidas y entradas a la ciudad capital han generado alerta en defensores de derechos humanos que temen un aumento en los índices represivos por parte del régimen, que ordenó a diversos cuerpos de seguridad garantizarle su juramentación el próximo 10 de enero.

Esta exagerada presencia policial en las calles ha sido calificada como un hecho inédito cuando se trata de una toma de posesión, que mantiene al país en incertidumbre ante las advertencias del régimen de Maduro en aplicar con mayor severidad el aparato de justicia.

“La única fórmula que puede pensar el gobierno para atender la situación del 10 de enero en donde se desconocerá la voluntad popular, es la represión por motivos políticos, vamos hacia una crisis muy grave de derechos humanos” advierte Marino Alvarado, excoordinador general de la ONG Provea, desde donde entonces se exigió el respeto a los derechos y vida de Hugo Chávez tras las intentonas golpistas, pero que ha sido perseguida y hostigada por el madurismo durante los últimos años.

 DGCIM ¿La nueva cara de la represión?

Abogados y dirigentes políticos destacan como hecho peculiar de esta militarización, que sea la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y no la Guardia Nacional, o la Policía Nacional, quienes estén a cargo de este despliegue que ha generado temor en la ciudadanía, sobre todo en las cuestionadas alcabalas, por ser un organismo no facultado para la seguridad vial y solicitud de documentación vehicular.

“La guardia nacional tiene un rol establecido en el control del orden público, hay muchas especulaciones sobre por qué es un organismo de inteligencia y contrainteligencia quienes están a cargo. Es alarmante lo que se ve en las calles con los vehículos llenos de funcionarios de la DGCIM…” Así lo denunció María Verdeal, vicepresidenta de la tolda política MAS, pero también abogada de la República que advierte sobre un posible abuso de poder y en consecuencia mayor violación de derechos humanos de los venezolanos.

“Podemos tener un enero muy represivo, por eso el gobierno necesita poner en libertad muchos presos políticos porque muy posiblemente en este mes meterá a mucha gente presa” acota Marino Alvarado, quien también es abogado venezolano, afirmando que apenas en el primer mes del año pudiera haber un repunte en los índices de represión, que recientemente arrojó más de dos mil seiscientas personas detenidas y al menos treinta fallecidos tras las protestas postelectorales, un escenario que pudiera repetirse ante la juramentación de Nicolás Maduro.

 El chavismo cierra filas ante la inminente caída del régimen

Mientras tanto, la juramentación de Nicolás Maduro el próximo viernes será el acontecimiento con mayor probabilidad de concretarse, sin embargo, la conducta del régimen durante los últimos días parece decir mucho de lo que está sucediendo dentro del chavismo, así lo consideran diversos analistas que afirman que a pesar de la decisión de cerrar filas ante posibilidad de una acción inesperada que los haga perder el poder, no todo es color rosa en las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela.

“Estamos viendo elementos que se alinean a favor de un cambio político; internamente no son tan visibles porque hay mucho silencio e incertidumbre, pero externamente hay factores que están alineados…” explica el profesor universitario Benigno Alarcón, Director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, que sostiene que las probabilidades de una transición hoy día son tan iguales o superiores a las que existían antes de la elección presidencial del 28 de julio.

Esta eventual juramentación de Maduro el 10 de enero pudiera ser el último eslabón de una cadena de hechos que podría acelerar la tan anhelada transición, en donde la dirigencia política opositora encabezada por María Corina Machado y la masiva participación ciudadana en los comicios presidenciales, se convirtieron en el talón de Aquiles del régimen chavista según el politólogo John Magdaleno.

“A veces los regímenes autoritarios intentan resistir; obviamente hubo una decisión política del oficialismo de mantenerse en el poder, la oposición tiene que estar a la caza de una oportunidad fabricando consensos entre partidos y sociedad civil para prepararse para el momento” destaca Magdaleno, también asesor de estrategias políticas, y quien hace énfasis en que aún el costo de salida del régimen está por debajo de los costos de permanencia en el poder.